En la casa del horror
prohibidas están las rosas
se les piensa venenosas
y si son blancas, peor.
Blanco ponen de temor
sus pétalos, su pureza
y su angelical belleza
al poder que allí reside
la maldad exige, pide
su oscuridad con firmeza.
En la casa del horror
ni son falsos ni son mitos
toda clase de delitos
se acumulan en su hedor.
En ella vive el mentor
de una secta lujuriosa
que extorsiona como acosa
que nunca es investigado
que viperino, al Estado
lo corrompe y lo destroza.
En la casa del horror
protegidas ambiciones
le lanzarán maldiciones
a todo ingenuo inspector
o fiscal que con valor
intente cruzar sus rejas
brujas obesas y viejas
y duendes, por todos lados
harán que sus imputados
le salgan de las orejas
En la casa del horror
periodísticos rituales
terror, histeria a raudales
muestran miedo y estupor.
Asegura el narrador
que temen un expediente
una amenaza inminente
una venganza fatal
de figura colosal
y porte de expresidente.
Faltan las caricaturas porque por ahora las abusan los rojelios
Muy bueno