La columna del Director

LA PELIGROSA IDEA DE LA PLURINACIONALIDAD

Por: Luciano Revoredo

La convulsión social y los brotes de violencia terrorista en el sur del país, luego de la caída y puesta en prisión del delincuente y golpista Pedro Castillo, permitieron poner el foco de la atención  en un proceso que se venía incubando desde tiempo atrás: el surgimiento de un peligroso sentimiento de autodeterminación en algunos sectores de la sociedad puneña.

El proceso al que nos referimos no es cosa nueva. Recordemos como un importante antecedente las desatinadas declaraciones del entonces ocupante de la presidencia Pedro Castillo sobre su voluntad de ceder una salida al mar a Bolivia a costa de nuestra soberanía. Recordemos las constantes visitas del narcopedófilo Evo Morales a nuestro país, que era recibido con honores que no le correspondían, que creó una filial de su partido Movimiento al Socialismo (MAS) en el Cusco, que intentó realizar una reunión del RUNASUR en el Perú y que finalmente tuvo           que ser declarado persona non grata por el Congreso de la República.

Todos estos hechos van de la mano con la imposición de un concepto clave: la plurinacionalidad. Basándose en este concepto y respaldado por el Foro de Sao Paulo, Morales ha sembrado la discordia en el Perú. La idea de una “nación” aimara supérstite al mestizaje, que genera derechos por encima de las fronteras y que podría integrar una identidad por encima de las nacionalidades, solo puede beneficiar a Bolivia en la medida que masas tomadas por esta prédica majadera antepongan sus anhelos aimaras por encima de sus obligaciones y deberes como peruanos.

Está claro que un hombre limitado y torpe como Morales no es el ideólogo detrás de esta maquinación. Él es solo el ejecutor. Detrás de él está Álvaro García Linera, quien fuera su vicepresidente y que se define a sí mismo como un marxista seducido por la insurgencia indígena. García Linera, que es un hombre de apariencia europea, asocia la revolución marxista con componentes raciales indigenistas, fue parte de las guerrillas del movimiento Túpac Katari y según cuenta fue en la cárcel que desarrolló muchas de sus ideas. Él es el creador de la idea de convertir a Bolivia en un estado plurinacional y quien está detrás de lo que Evo Morales encarna.

Lamentablemente ciertos sectores ilustrados, la izquierda caviar e incluso buena parte de nuestra legislación y muchas políticas del ministerio de Cultura están influidas por estos delirios que en muchos casos llegan a extremos que se podrían calificar de racistas.

Puno siempre ha sido un territorio orgullosamente peruano. Fuente inagotable de cultura mestiza, sociedad irradiadora de un modo feliz de ver el mundo entre trajes de luces, ángeles y demonios danzantes. Territorio entrañable desde cuyas profundidades lacustres surgió la cultura quechua que se expandió por América según cuenta la vieja leyenda. Puno es el trazo inimaginable de un Humareda que va desde la más profunda oscuridad hasta el colorido más frenético para bailar con Marilyn Monroe en un viejo hotel de la Parada. Puno tiene la extensión de cinco metros de poemas y la pétrea fortaleza de todo el barroco jesuita de Juli. Puno es la peruanidad de un mestizo torito de Pucará.

Que ninguna quimera revolucionaria, ni prédica racista alguna se interponga entre Puno y su eterna vocación peruanista. Y que aquellos que han optado ideológicamente por el mensaje antiperuano sea derrotados por la razón o la fuerza.

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