Política

LA HOZ Y EL MARTINI

Por: Percy Hartley

Queridos lectores, esta no será otra Crónica Viajera, como hemos estado colaborando a lo largo de algunos años en la siempre picante Abeja. Los tiempos han cambiado y de momento no hay viajes que contar, aunque aún tengo en la  bandeja relatos pendientes, que tengo el compromiso de relatar. Ya vendrán.

Esta crónica es sobre nuestras vivencias pandémicas y más propiamente, nuestras vivencias peruanas, en especial de las recientes. Mucho se ha dicho sobre el origen del Covid-19, desde teorías conspiratorias, errores de cálculo, mentes iluminadas, accidentes de laboratorio, posicionamientos geopolíticos, nuevos órdenes mundiales y claro sin descartar el azar, la naturaleza y por supuesto, la voluntad de Dios.

El Perú, a imagen y semejanza de la ola de contagios en Asia y luego Europa, tomó las previsiones que nos venían de modelo con dos o tres semanas de antelación, es decir imponiendo el Estado de Emergencia Nacional, distanciamiento social, inamovilidad, restricciones a todas las libertades constitucionales con excepción de las que nos permitían sobrevivir o alimentarnos, movilizarnos o vivir literalmente, como la atención de salud y medicinas. Pero el virus ya estaba en el Perú y empezó su letal despliegue, enlutando muchos hogares, lo que aún no cesa y dejando, por las medidas impuestas que no estamos cuestionando de fondo, un desastre económico sin precedentes, un sistema social quebrado, una desolación anímica y depresiva muy fuerte en la población y una estructura comercial que será muy difícil de reconstruir. Nos tomó cuarenta años volver a nacer del socialo-comunismo y terrorismo que arrastró nuestra patria como un huracán y lamentablemente, el templo no se reconstruirá en tres días.

Sin embargo, hoy luego de más de cien días de confinamiento, con el país en intento de levantarse luego de una descuaterentena (¿ Así se diría ? ) de facto, el país resurge entre sombras. Pero no sombras financieras ni laborales o aún menos, sanitarias, que ya sabemos existen. ¡Entre sombras expropiatorias, socialistas y comunistas, que ya parecían superadas!  Y todo ello, por supuesto, con el aplauso y beneplácito de nuestra benemérita izquierda caviar, sí señores, la de la hoz y el martini…

Nadie puede aceptar o estar de acuerdo con los presuntos cobros abusivos de las clínicas privadas, atención impersonal o trato que no corresponde a las circunstancias. Pero como todo agente privado, tiene un supervisor o un regulador. Dejemos que hagan su trabajo y afiatemos el que lo hagan mejor, así como la energía tiene un Osinergmin o las comunicaciones Osiptel y el siempre verificador de la idoneidad y leal competencia Indecopi. ¿Es el Estado quien debe expropiar un mercado de libre competencia? ¿Verdaderamente nuestra constitución vigente lo permite?

Dejemos la respuesta a nuestros eruditos constitucionalistas. La verdad es que si el Estado es un mal empresario por lo pronto para la salud pública a nivel de pésima gestión, tampoco lo será para des-administrar la gestión privada y terminar de arruinarlo todo. Es más, con el soberano aplauso del velasquismo viviente, que fomenta con el aval del Estado  un documental a favor de asesinos guerrilleros que deberían estar purgando condena y de la izquierda muy contenta de vivir con su delicatesen ruso y su martini en copa de lujo y la hoz en la otra mano, admite, con el muy preocupante sentir de una población castigada por el olvido, el hambre y miseria que lamentablemente son reales, posturas que son un mal innecesario y nos quieren recordar ejemplos latentes y cercanos, como la tristeza de la siempre noble Venezuela, destruida por el régimen del caos y desasosiego.

Una fuerte reflexión queridos lectores, de lo que fue un ensayo en un fantasmal escenario que podría volver. Porque con el mismo argumento y razón, pues el abuso en los precios de los supermercados nos permitirá aplicar los artículos constitucionales para expropiarlo, así como las líneas aéreas o terrestres de transporte público, los servicios públicos elementales, la prensa y por qué no, hasta la gastronomía gourmet.

Tema aparte que no quería dejar pasar, como colofón, es el filial pedido, al que nos suscribimos y sumamos devota y fraternalmente, que nos sea devuelta la Misa. Señor Cardenal Primado, Pastor del Perú, con todo respeto, escuche a su rebaño, escuche a sus fieles. La Misa no es solo la renovación incruenta del Sacrificio de Nuestro Señor Jesucristo o escuchar la Palabra de Fe, que nos orienta y alimenta. Es participar en comunidad de los Sacramentos, de la confesión y sobretodo de la Comunión que es el Pan de Vida, y usted lo sabe. Hay protocolos para todo ahora, para el alimento del cuerpo y ¿No lo puede haber para el espíritu? Recuerde que la voz del pueblo es la voz de Dios. Nosotros cumpliremos y someteremos a las normas. ¡Qué Dios bendiga al Perú!

2 Comentarios

  1. Si el Estado es muy mal inversor y empresario miren que dar el dinero de Reactiva Perú a los grandes empresarios sabiendo que los pequeños y los informales son los que hacen nuestra economía. Nadie quierre regresar a otras malas épocas pero, dar el dinero del país a los tagarotes eso es corrupto.

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