Vida y familia

LA DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO

Por: Hugo Calienes Bedoya

¿Cuáles son los argumentos esgrimidos para la despenalización del aborto? No los mencionaré porque ninguno se sostiene en pie
frente al hecho de que se trata: sofocar una vida humana indefensa que intenta sobrevivir. Dejando de lado la posible intención ruin,
quisiera resaltar la evasión de una responsabilidad que le compete a la sociedad ante la situación de indigencia de uno de sus miembros y
que intenta solucionar de la peor manera, “muerto el perro, se acabó la rabia”.

Para encontrar eco favorable se acude al sentimentalismo, a una falsa conmiseración (pobrecita: “arruinará su vida, su futuro”; “que
será de esa criatura sin padre”; “un hijo más”; “la situación económica”, etc.). Los legisladores justifican la falta de racionalidad utilizando como argumento de peso el “mal ejemplo” de los llamados países desarrollados que se creen adultos, desprejuiciados, porque han superado la sacralidad de la vida aprobando una ley inhumana que lamentablemente envidiamos.

¿Científicamente se puede aprobar el aborto creyendo que se extirpan unas cuantas células extrañas sin que medien consecuencias
graves? Por supuesto que no, y si alguno lo hace está fuera de la órbita de la ciencia y ha caído en “lo políticamente correcto” o en “lo económicamente correcto”. Para situarnos frente a quien estamos, vayamos lejos, a la concepción, ¿qué nos dicen las investigaciones?

Algunos investigadores hablan de pre-embrión (desde la fecundación hasta el inicio de la implantación) y embrión desde la im-
plantación hasta la octava semana). Por las evidencias científicas, se puede decir que no hay dos comienzos, sino uno (en el momento
de la fecundación) y de allí que el proceso morfogenético es continuo. Ningún texto de embriología hace tal distinción. Por ello, el
término, pre-embrión es ambiguo y tendencioso. En este sentido, Carlston, afirma que el embarazo comienza en la fecundación, apoyando la continuidad y gradualidad del desarrollo del embrión y que también es responsable de su implantación (Norwits). (…) Restarle
importancia al embrión antes de su implantación no es honesto ni ético ni científico, pues no existen dos comienzos, sino uno y éste es
en la fecundación. (…) Respecto al crucial tema acerca del status de persona del embrión, podríamos pensar que el embrión es persona
considerando su personeidad, es decir su “suidad”, lo que le es suyo o propio, característico, su esencia (su humanidad)”(1)

La defensa de la vida incluye la concepción, la política de gobierno sobre la píldora del día siguiente es una manera hipócrita de
anestesiar las conciencias y preparar el terreno para el aborto “crudo y duro”. Si desde que se unen los gametos femeninos y masculinos
podemos hablar de un nuevo genoma, de una persona en proceso de crecimiento, aunque imperceptible a nuestra mirada, pasadas las
8 semanas ya no cabe negarlo. Las razones de la madre, quien instintivamente debe protegerla, para abortar no son valederas porque
psicológicamente está bajo presión y miedo que le quitan libertad de decisión.

Llamemos a las cosas por su nombre, abortar es eliminar, de la peor manera, a un ser humano indefenso y la legislación positiva que
lo autoriza, se hace cómplice de genocidio. Cerrar los ojos y los oídos a esta realidad es ignorancia culpable.
Los seres humanos estamos hechos para la interacción, para conjugar el yo con el tú, somos interdependientes, necesitamos, en
mayor o menor grado, de los demás. En el caso del embrión, del feto, hablamos de un “alguien” que requiere de su madre para vivir y lo
seguirá requiriendo el día que nazca y luego hasta que alcance cierta capacidad de autosostenerse. Esta dependencia universal, solidaria,
no da derecho a nadie para disponer de una vida ajena, ni siquiera de la propia. Nuestra Constitución con sabiduría lo garantiza.

 

(1) “Algunas consideraciones sobre el embrión humano”, Dr. Miguel Chávez Pastor Jefe Dpto. Ciencias Morfológicas Universidad Peruana Cayetano Heredia Profesor de Histología, Embriología y Genética. Asistente del Servicio de Genética del IESN.

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