La columna del Director

¿LA COMUNIÓN POR GLOVO O RAPPI?

Por: Luciano Revoredo

Nuestro arzobispo no deja de sorprendernos. Ante la creciente ola de pedidos por parte de los feligreses para que se abran las iglesias y para tener acceso a los sacramentos no le ha quedado otro camino que tratar de encontrar una salida. Pero como en el fondo no quiere, ni le interesa el asunto, su salida resulta un tira y afloja sorprendente.

Amigo de dar al César lo que es del César, pero negarle todo a Dios, el monseñor Castillo ha dirigido una carta a los párrocos firmada por Monseñor Octavio Casaverde Marín, Vicario General de la Arquidiócesis de Lima.

La carta (que se puede leer al final de estas líneas), bien podría estar en una antología de la cantinflada. Empieza por decir que cuando los fieles soliciten la comunión en sus domicilios, (no queda claro en qué casos) esta solicitud debe ser atendida. Pero luego viene el primer paso atrás. Esto lo debe hacer “el sacerdote joven”.

Luego otro pasito atrás, si no hubiera sacerdote joven habrá que recurrir a un ministro extraordinario de la Eucaristía que sea joven. Y luego cuando ya parece que lo hemos leído todo, dice que, si tampoco hubiera, entonces el párroco nombre “ad casum” a una persona joven para que lleve la comunión a domicilio. Es decir, según el caso el párroco puede entregar a cualquier mensajero, que el determine según su criterio, para que lleve el Sagrado Viático.

Si todo esto no lo ha terminado de escandalizar, no se preocupe, hay más. El que lleve la comunión no debe entrar a la casa del moribundo. Debe en la puerta, es decir en la calle, entregar la Sagrada Forma a algún miembro de la familia para que este administre la comunión.

Termina diciendo que el sacerdote mayor debe evitar administrar la comunión para evitar contagios.

Poco faltó para que autorice el delivery, que se envíe la comunión en Glovo o Rappi. Que se rocíe alcohol. Que se entregue empacada al vacío. La perversión de estos curas progresistas no tiene límites. Y su desprecio de Cristo tampoco.

¿No sabe acaso Monseñor Castillo que lo que corresponde es que vaya un sacerdote a confortar espiritualmente al enfermo? ¿Ignora que lo más probable es que requiera confesión? ¿Es que Monseñor Castillo no cree el dogma de fe de que Jesús está realmente presente en Cuerpo, Alma y Divinidad en cada partícula de la Eucaristía? ¿Es que no es católico? Entonces ¿Cómo permite y propicia este manoseo de la Hostia, para que Jesús pase de mano en mano, incluso en manos no consagradas?

Esto es gravísimo, San Juan Pablo II, promulgó Redemptionis Sacramentum, que señala que todos tenemos la obligación moral grave de denunciar abusos en la liturgia. Ese es el sentido de esta nota. ¿Acaso hay algo más prioritario que evitar el maltrato a Jesús mismo?

El arzobispo de Lima viene cometiendo muchos excesos. Colmando la paciencia del pueblo católico. Pero esto ya es demasiado grave. Recemos por su conversión o para que Dios envíe pronto su reemplazo por un auténtico pastor para esta abandonada grey.

 

 

4 Comentarios

  1. Pero, cabe la denuncia ante la nunciatura, que debería, dar parte al dicasterio correspondiente. Este arzobispo que Dios ha permitido, en su sabiduría, tal vez lo tenemos por nuestros muchos pecados, es necesario que reparemos, cada día, al Corazón traspasado de Nuestro Señor, sea por comunión espiritual o con el rezo del Santo Rosario.

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