Política

LA CLASE MEDIA

En los 70s empezó el empobrecimiento de la clase media de entonces. Había que destruirla, así lo entendieron los ideólogos del velascato. Se dejó de comer bien y el régimen buscó concientizar y lo hizo a través de la educación y también por un aparato como SINAMOS, al que muchos, hoy “demócratas”, sirvieron de rodillas.

La clase media que sobrevivió fue la que vivía mayormente del aparato estatal, como empleados públicos, pero que comienza debilitarse en razón directa a la crisis económica que había explotado en 1967 con el primer gobierno acciopopulista y que volvió con fuerza en 1974. El peor enemigo de la clase media fue el populismo y por cierto la inflación. Sin embargo la clase media, que era mayormente urbana, se vio beneficiada por proyectos urbanísticos estatales que posibilitó que muchos de ellos fueran propietarios de viviendas en San Felipe, Limatambo, La Calera, Juan XXIII, Marbella, Santa Cruz, San Borja y otros.

En 1985, la clase media volvió a ser golpeada por medidas económicas como la expropiación de sus ahorros en dólares y luego por la quiebra del estado en 1990 que ocasionó el cierre de empresas públicas deficitarias y despidos en la planilla de los ministerios. Miles de la noche a la mañana se convirtieron en transportistas (combis) y “ahorristas” de CLAE, una financiera informal de tipo piramidal cuya quiebra arrastró a la pobreza a miles.

Pero el peruano es resiliente y volvió a construir su vida, ya no logrando un empleo dependiente sino independientemente, creando miles  de empresas que transitaron exitosamente entre la formalidad e informalidad. Una nueva clase media apareció y no es una ilusión como sostiene Fernando Villarán. Ejemplo de ello son Los Olivos, las marcas de productos dirigidas a ella como Kansas, Kola Real y muchas otras más, el Centro Comercial de San Miguel y el emporio de Gamarra, el acceso a nuevos colegios y universidades privados, al crédito para adquirir viviendas y vehículos, el acceso a las tarjetas de crédito y al crédito de consumo, el ahorro previsional privado y el consumo de actividades como los conciertos musicales y el teatro.

Si antes la clase media copiaba modelos, en los 90s una nueva clase media crea su propio perfil. Se achora, canta y baila con Ana Kohler, el Grupo 5, chelea y emerge. Son los jóvenes que ya no les importa tanto “la estabilidad laboral”, que viaja al exterior y que ya no  necesita moverse de su barrio para comprar un teléfono porque cerca a su casa hay un Centro Comercial en Lima Norte, Sur o Este.Otros de los fenómenos que aceleró su crecimiento fue el acceso a las comunicaciones, a las computadoras, al Internet.

El gestor de esta nueva clase media fue Alberto Fujimori, en cuyo gobierno languidece una antigua clase media y surge una potente y diferente. Fujimori, nos guste o no, es padre de los emprendedores.

La clase media resurgió y existe, aunque informalidad, en el marco de la crisis, de hoy es la causante del peligro que se cierne sobre ella. No solo laboral sino estructural. No olvidemos que el 70% de nuestra economía es informal y por ende esto atañe a nuestra sociedad.

Finalmente, la crisis actual no creo que sea terminal sino que creará nuevas relaciones sociales y económicas y que la fuerza creadora de nuestro pueblo permitirá resurgir a millones. Por supuesto ese espíritu libre y emprendedor no será caldo de cultivo del comunismo asesino y vil. Hoy ya se habla de la transformación del capitalismo en una forma  más solidaria, más no de su destrucción

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