
Por: José Romero
Volvemos a tocar la situación que están pasando varios paises europeos y en particular Alemania, de cuyo país y habitantes guardo grandes recuerdos; pero cuyo presente lamento enormemente.
Es evidente que su clase política ha fallado al permitir un flujo migratorio sin ningún control ni prioridades. Ello ha sucedido a lo largo de los últimos 35 años tras la caída del Muro de Berlín.
Otroras ciudades, ejemplos de orden y civismo como Hamburg, Frankfurt, Berlín, Essen y otras hoy están sumidas en un clima de inseguridad, de problemas sociales como el consumo de drogas, alcohol y otros derivados de éstos.
Estuve en varias oportunidades por zonas como el Bahnhof Viertel de Frankfurt, incluso a altas horas de la noche o paseando por Saint Pauli sin problema alguno. Ello es ahora parte del “turismo de aventura” en que se ha convertido pasear por esas zonas y otras.
¿Cómo es posible que de pronto sea de alto riesgo pasear por el Centro de Essen o existan zonas liberadas como Kreuzberg en Berlín?
¿Por qué las autoridades no toman “el toro por las astas” y dan una lucha frontal contra el tráfico de drogas y su consumo (tan solo dan “ayuda” para que los consumidores lo hagan con “seguridad”)?
¿Por qué Alemania se autoimpuesto “la obligación” de recibir miles de inmigrantes que no solo no respetan la cultura y costumbres alemanas sino que imponen las suyas como si fuera “un derecho”?
Europa y en particular Alemania ha sido invadida por miles de indeseables en su gran mayoría. Sus problemas sociales son consecuencia de ello y los propios alemanes tienen que financiar con más impuestos la enorme carga fiscal que significa asumir todos los gastos de educación, salud, vivienda y ayudas económicas. No olvidemos tampoco el costo que implica la sobre demanda en servicios como transporte de pasajeros, limpieza y otros, a los cuales no contribuyen tanto ilegal o falsos “asilados”, que no pagan por el servicio.
La actual clase dirigente alemana no puede taparse los ojos o pecar de ingenua. La migración ilegal debe reducirse a 0% y aquellos que han obtenido estatus de inmigrantes y no cumplen la ley deben perderla y ser deportados a sus países de origen.
Finalmente la ciudadanía debe entender que con leyes laxas no se puede combatir el narcotráfico y otros delitos y que Alemania no puede seguir siendo “un vertedero” de tantos antisociales.
Quién desea vivir en Alemania o cualquier país, lo primero que debe hacer es respetar sus leyes y costumbres e integrarse como lo hicieron muchos en el pasado.





