Política

¿ES LA JUSTICIA CIEGA EN EL PERÚ?

Por: José Romero

La imagen de la Justicia tiene los ojos vendados como una manera de decir que actúa por igual, no importando quien sea la persona que se juzga. ¿Es cierto esto?

Desde hace mucho tiempo se ha venido “reformando” el sistema de Justicia, adaptando los Códigos a la nueva época y mejorando procedimientos. ¿Resultados? Pocos, casi nulos. La Justicia camina como el cangrejo.

Como muchos legos en derecho, no entendemos por qué la lentitud para condenar a alguien que ha sido detenido cometiendo flagrante delito. Incluso muchos delincuentes ni llegan a juicio y son liberados por fiscales y jueces de dudoso proceder.

La Justicia desde el 2000 se vio envilecida por quienes se valieron de los dichos de una delincuente “arrepentida” que con su sola acusación mandó a la cárcel a muchos, lo que se llamó “pinchijusticia”. De igual forma de idearon teorías aberrantes como la llamada “autoría mediata” para condenar al Presidente Fujimori mientras cientos de terroristas fueron indultados y liberados.

A lo largo de estos años se han cambiado (maquillado) instituciones (JNJ por CNM) pero lo que no se ha cambiado es actitud en los operadores del sistema de Justicia. No nos explicamos por qué hay múltiple rasero para investigar a presuntos culpables y delincuentes que han reconocido sus delitos se presentan como “colaboradores eficaces” y con ello sortean el peso de la Justicia.

Han pasado casi 4 años de Lava Jato y nadie ha sido condenado. Todo o casi todo está en “etapa de investigación preliminar”. La presunción de inocencia existe solo para los “amigos” y es mancillada en los casos de los que no lo son.

En esta pandemia se ha robado millones y toda investigación camina a paso de tortuga cuando todos los implicados deberían haber sido fusilados por traición a la patria. Pero claro esa pena no existe.

Las cárceles están llenas de presuntos delincuentes,  de inocentes y de probados delincuentes cuyos juicios avanzan muy  lentamente. Las penas son consideradas no como punitivas sino como resocializadoras, aún sabiendo que muchos que las purgan son reincidentes o han cometido execrables delitos.

¿Cuándo y quién tomará el toro por las astas? ¿Cuándo será que alguien cumpla con cambiar esta realidad y no como un bocón acusado de graves delitos, que dijo que llegaba al Congreso con “un paquete de leyes” para combatir el crimen y lo único que ha hecho es hacer el ridículo.

No queremos ya una Justicia ciega, sorda y muda, cuando conviene a algunos. Queremos Justicia de VERDAD, justa, expeditiva y eficiente. Basta de organismos inútiles y que en vez de actuar conforme a ley hacen todo lo contrario.

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