Por: Milton Vela-Gutiérrez
La novísima oposición al gobierno de Vizcarra, las waripoleras, han cambiado de camiseta. A pesar que en su gobierno fueron aliados a ultranza y quien fueron financiados con dinero del estado durante los últimos 5 años.
Ahora es un apestado, es mentiroso, sospechoso de corrupción y no encontraron mejor forma de alinear sus intereses que generar las condiciones para la VACANCIA, no importa si para ello tengan que aliarse con una izquierda impresentable sacada de las catacumbas, dándole presencia y motivando a José Vega de Unión por el Perú para que la promueva en el Congreso.
Esto demuestra que la élite mercantilista está desesperada y como siempre no le Importa juntarse con su enemigo natural , pues solo prevalecen sus fines particulares y su ambición desmedida, no le importa si hay pobreza o si se avasalla la constitución simplemente. Tafur la definió correctamente como la Derecha Bruta y Achorada . No cambio ningún ápice, a pesar que muchos de sus exponentes principales tienen los méritos para ir a la cárcel y devolver el dinero que robaron.
Seria disyuntiva se nos presenta a los republicanos, por un lado este proceso electoral está viciado de fondo y forma por lo cual el país seguirá sufriendo la crisis institucional crónica que genera falta de desarrollo con las consecuencias de mayor pobreza y muertes por pandemias y tener que aceptarlo por qué es legal.
Y por otro lado también se presenta peligrosamente la alternativa de la élite económica de vacar a Vizcarra, propiciar su vacancia y postergar las elecciones hasta por el tiempo en que ellos tengan la capacidad de construir un candidato que se ajuste a sus particulares intereses, manteniendo al Perú con un modelo que no ha dado resultados , pues la riqueza se ha concentrado en unas pocas manos y la pobreza se encuentra extendidas en todo el territorio nacional.
En resumen vemos que El Comercio, La República, RPP, Canal 4 , Canal N , es decir toda la flota del mercantilismo está apuntando a Palacio de Gobierno y es claro el plan de mantener como sea el sistema que ya se demostró que se debe cambiar por el bien de las futuras generaciones.
Estamos entre la espada y la pared, entre aceptar más de lo mismo o construir un movimiento patriótico para generar un cambio profundo. El reto está ahí esperando a sus mejores hombres libres.
