La columna del Director

ENFRENTAMOS COMUNISTAS Y ELLOS NO CREEN EN LA DEMOCRACIA

Por: Luciano Revoredo

Los comunistas no creen en la democracia. Esta afirmación que resulta de Perogrullo tiene que ser el punto de partida de cualquier análisis que se haga sobre la coyuntura electoral del Perú.

Para el marxista ortodoxo no existe respeto por la democracia representativa liberal, para ellos es expresión de la decadente burguesía. A ello contraponen una supuesta democracia proletaria, campesina, obrera, participativa y directa. Democracia de soviets. Como consecuencia de ello contraponen al mercado, la planificación central y a la propiedad privada, la propiedad estatal de los medios de producción. Esta farsa de democracia es para ellos la transición hacia la sociedad comunista. Un paraíso que nunca llega.

El partido Perú Libre es un partido comunista. Lo dice su ideario. Lo reconocen sus líderes. Entonces cabe preguntarse ¿Podemos confiar en ellos y su conducta en un proceso electoral? La respuesta es que evidentemente no. A partir de esta constatación se puede entender la situación a la que hemos llegado en las actuales elecciones. Perú Libre está saboteando el proceso y llevándonos a situaciones inadmisibles de desprecio a la voluntad popular expresada en el voto, porque los comunistas nunca han creído en las elecciones.

Un primer tema que nos debe cuestionar es la sorpresiva irrupción de Pedro Castillo en la segunda vuelta. Esa carrera vertiginosa que lo llevó de estar entre el montón de rezagados en las encuestas, a luego liderar las preferencias y ganar la primera vuelta ya resulta ahora bastante sospechosa. Recordemos que Rafael López Aliaga nos alertó sobre irregularidades en el proceso, pero fue desoído.

Nos encontramos ahora ante una elección entrampada por la cantidad de actas impugnadas. ¡Casi un millón de votos congelados en las zonas de mayor votación de Keiko Fujimori! Con un Jurado Nacional de Elecciones muy cuestionado y presidido ¡Oh sorpresa! Por un comunista y defensor de terroristas. Hemos entrado al juego comunista, participamos en elecciones y creemos en ellas, pero ellos nos ven como comparsa de una comedia roja en la que el resultado de las elecciones no importa, sino la supuesta verdadera voluntad del pueblo de la cual ellos son dueños, comisarios y árbitros.

Estamos en la hora crucial de nuestra historia. O defendemos el voto y la verdadera democracia o caemos en el profundo pozo séptico del comunismo.

Nos toca enfrentar a un Jurado Nacional de Elecciones tomado por la mafia roja y una ONPE que actúa con una sorprendente y sospechosa celeridad y es abiertamente complaciente con un operativo ridículo de impugnación de votos y otras irregularidades que no han surgido de la noche a la mañana, sino que son parte de un fraude planificado con mucho tiempo de anticipación.

Hace bien Keiko en denunciar a la comunidad nacional e internacional el intento fraudulento de arrebatarle las elecciones que evidentemente ha ganado. Se inicia una batalla entre la ciudadanía y el comunismo mendaz y tramposo.

Se ha iniciado, tras una idea de Mauricio Mulder una gran movilización ciudadana para que el proceso de revisión de las actas impugnadas, que por ley es un acto público, sea televisado. Nos sumamos a esta propuesta. Es nuestro derecho. No confiamos en un Jurado Nacional de Elecciones presidido por un defensor de terroristas cuando tiene que juzgar las impugnaciones propuestas por un partido de terroristas.

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