Internacional

EL ROSTRO DE DIOS EN GAZA

Por: María Ximena Rondón

En la Franja de Gaza, la Iglesia Católica se ha convertido en el consuelo para los miles de civiles que sufren la carencia de servicios básicos y están  atrapados en medio del fuego entre Palestina e Israel.

Desde sus inicios en octubre hasta la fecha, este enfrentamiento ha cobrado la vida de más de 29 mil palestinos y 5500 israelíes. Otras miles de personas de ambos bandos han sido golpeadas por los secuestros, bombardeos y una destrucción sin precedentes. Según informaron los medios de comunicación, se sabe que el grupo terrorista Hamás tiene secuestradas a 130 personas, pero se desconoce si están vivas o no.

En medio de todo este panorama desolador, Sor Nabilah Saleh, una religiosa de origen egipcio de la Congregación de Las Hermanas del Rosario de Jerusalén, quien reside en la Franja de Gaza hace 14 años ; se ha convertido en uno de los rostros del consuelo de Dios en esa zona, pues ha decidido quedarse a ayudar a los gazatíes, que se estima son 2,2 millones, sin distinguir entre la raza y la religión.

 “Me he quedado con la gente porque es mi misión, quedarme con ellos y vivir con ellos en su sufrimiento. Mi misión es para todos, cristianos y musulmanes, porque todos estamos en la misma barca, en el mismo sufrimiento, en el mismo país. Mi misión es para todos porque estoy consagrada a Dios para servir a todas las personas”, indicó.

Sor Nabilah, quien dirigía la escuela católica más grande de Gaza (la Escuela del Rosario), indicó que la población cristiana está refugiada actualmente en dos iglesias: La Iglesia de San Porfirio, de denominación ortodoxa; y la Iglesia Católica Latina. En esta última, además del Vicario Parroquial, el Padre Iusuf, colaboran tres hermanas de la Congregación del Rosario, dos hermanas del Verbo Encarnado y tres hermanas de las Misioneras de la Caridad.

Para acompañar espiritualmente a los más de 600 cristianos en medio de los bombardeos y la desesperanza, la religiosa comentó que todos los días rezan el Rosario y se celebra la Santa Misa.

“Lo más bello es que la gente tiene una fe muy fuerte en el Señor, está grabada en ellos y en su tierra. mantienen la esperanza en que Gaza vuelva a ser como antes”, destacó sobre la fortaleza de los cristianos y de su fe en vivir sin guerras.

Preguntada sobre lo que sienten los sacerdotes y religiosas que se han quedado en la zona, afirmó que “no tenemos miedo, porque el Señor está con nosotros y nos da la fuerza para acompañar a la gente”.

Otro de los consuelos que ayuda a los cristianos y a la gente que es socorrida por la Iglesia Católica en Gaza son las llamadas del Papa Francisco.

“Él nos llama por teléfono todos los días”, confirmó Sor Nabilah y comentó que ella ha conversado con él algunas veces, pero que mayormente lo hace el P. Iusuf. Cabe recordar que en diversas ocasiones el Pontífice ha pedido el cese al fuego entre Israel y Palestina, así como ha pedido al mundo entero que rece por la paz en la zona.

Fortaleza en medio de la oscuridad

La escuela donde Sor Nabila y su congregación habían acogido a refugiados, entre ellos a musulmanes, cuando estalló la guerra, tuvo que ser abandonada debido a que estaba cerca de un puesto militar de los terroristas de Hamas, el cual comenzó a ser blanco de los bombardeos.

“La gente siempre viene a nosotros con mucha añoranza. Escuchamos los bombardeos, todo el país está destruido. Antes de esta guerra, hemos pasado por otras cinco, pero ninguna como esta, que ha dejado una gran destrucción en todo el país. Es una guerra muy terrible”, expresó.

Uno de los momentos más duros que vivió y en los que tuvo mucho miedo, continuó, “ fue cuando vinieron unos autos armados alrededor de la iglesia y les dispararon a las mujeres delante de nuestros ojos. Ese fue un día muy terrible para nosotros”.

La situación actual, en palabras de Sor Nabilah, es “muy terrible”, ya que carecen de víveres, no llega mucha ayuda humanitaria, aunque una de las instituciones de las que más reciben apoyo en la cotidianeidad es Cáritas. Con esa asistencia, la Iglesia puede continuar educando a los niños, con clases y actividades; mientras que a los adultos se les ofrece apoyo psicológico.

Aparte de esas labores, prosiguió, la vida continúa en la medida de lo material y humanamente posible: hay que cocinar con lo que se encuentre, se lava la ropa y se limpian las casas.

“Espero que venga ayuda porque mucha gente no tiene qué comer y soportan el hambre, especialmente los niños, los enfermos y los ancianos. Esta situación hace que muchos sufran”, comentó.

En ese sentido, la agencia humanitaria internacional de la Iglesia Católica de los Estados Unidos, Catholic Relief Services, señaló a fines del año 2023 que los ataques han sobrepasado los límites al punto que ningún lugar es totalmente seguro.

“En Gaza, donde opera CRS, los ataques implacables han dejado a las personas sin medios para protegerse a sí mismas o a sus familiares; ni siquiera las iglesias, hospitales y refugios con la bandera de la ONU son lugares seguros (…) Los civiles inocentes no pueden esperar un día más para obtener seguridad y sustento”, advirtieron en un comunicado.

Aunque la guerra se ha extendido por más de seis meses y pese a los intentos fallidos de diálogo -aunque uno tiene lugar este fin de semana en El Cairo (Egipto) entre Israel y Palestina-, Sor Nabilah afirma que la gente mantiene la esperanza en un futuro mejor y en que Dios les auxiliará.

“Toda la gente de Gaza es muy valiente. Lo que ellos viven en su patria es muy fuerte”, manifestó. Preguntada sobre si ella y los cristianos piensan que Dios los ha abandonado en medio de la guerra, respondió que “todos tenemos la certeza de que Él no nos olvida. Vivimos en medio de la guerra, pero no la vivimos dentro de nosotros porque sabemos que la con la fe, Dios, el Señor de toda la historia, es el que vence con el bien y no con el mal”.

La paz es incierta en la Franja de Gaza, pero personas como Sor Nabilah son las que convirtieron un infierno sobre la tierra en un pequeño refugio de amor y de consuelo. Ella y los demás religiosos son los héroes silenciosos que aporta un pequeño grano de esperanza al mundo.

 

 

 

 

 

 

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