Internacional

NICARAGUA: EL BOULEVARD DE LOS SUEÑOS ROTOS

Por: María Ximena Rondón

¿Quién diría que una reforma política hace seis años podría desenmascarar a una falsa democracia y alterar la vida de los ciudadanos?

Esto les ocurrió a los nicaragüenses por comenzar a protestar en abril de 2018 por las modificaciones que realizó el gobierno en el sistema de salud y ante un incendio que consumió varias hectáreas de una zona de reserva natural.

Al presidente Daniel Ortega no le hizo mucha gracia que el pueblo le reclamara y sacó a relucir su verdadero yo, al igual que el de su esposa, quien ocupa el cargo de Vicepresidenta. La respuesta del mandatario se expresó en violencia, fuerza y venganza, la cual acabó con cientos de vidas y le arrebató el futuro a la juventud.

Una fuente anónima (por su seguridad) y un periodista compartieron sus testimonios sobre cómo es vivir en un país cuya situación se resume perfectamente con el título de “Boulevard de los sueños rotos” (Boulevard of Broken Dreams de Green Day).

Según la situación que describieron ambos, las universidades nicaragüenses, tanto públicas como privadas, han sufrido represalias por parte del gobierno. El precio que debieron pagar los estudiantes por salir a protestar fue su propia carrera profesional.

Uno de ellos es nuestra fuente anónima, quien nos contó que la dictadura de Ortega confiscó/secuestró en primer lugar a las universidades públicas, expulsó a los estudiantes que participaron en las manifestaciones y destruyó sus expedientes, de una forma similar que las escenas donde se queman en una fogata los textos indeseados.

Después, las autoridades fueron por su universidad. El rector, que era un sacerdote, fue expulsado y los alumnos perdieron la oportunidad de graduarse. Nuestra fuente contó que hace un año pidió sus documentos y certificados de estudio, pero no los ha conseguido.

Así, su carrera profesional, y la de muchos de sus amigos y conocidos se ha visto truncada. Todos sus sueños y proyectos están truncados, quizás por un largo tiempo.

Por ello, este joven que nos compartió su historia no puede trabajar y el sustento de su hogar depende de su hermana, quien trabaja como empleada doméstica. Esta familia pasa sus días pensando en si podrán comer al día siguiente y en un futuro incierto. Además, esta fuente participa en un grupo político cuyos candidatos gozaban de la aceptación popular y tenían una propuesta para cambiar el rumbo del país. Sin embargo, al parecer nadie puede escapar de Ortega, pues fueron reducidos y esos candidatos exiliados.

Aunque Nicaragua no sufre de una escasez de recursos como Cuba, muchos no pueden costearse porque no ganan el dinero suficiente y, se acuerdo a los que nos contaron ambos informantes, si uno no está de acuerdo con el gobierno y trabaja en beneficio de este, es muy difícil encontrar trabajo o debe considerar la opción del exilio, una palabra que se pronuncia con mucha frecuencia en Nicaragua.

Este fue el caso del periodista Marcos Medina, quien fue expulsado de la nación junto con su familia tras realizar un viaje al extranjero y tuvo que recurrir al gobierno estadounidense para pedir ayuda.

Antes de ser forzado a exiliarse, Medina era uno de los pocos periodistas que quedaban en el país y que no seguían la narrativa mayoritaria a favor del gobierno, quien regula/censura a los medios de comunicación a través de un ente llamado Telcor. Las amenazas, los embargos y las presiones fiscales son el pan de cada día de los periodistas opositores y su profesión se ha convertido en una de las más riesgosas del país, pues decir la verdad implica el pago de un gran precio.

Ahora, se dedica a informar desde Miami, en el diario La Prensa de Nicaragua, cuyos redactores viven en la diáspora.

Respecto a las protestas, señaló que la dictadura de Daniel Ortega retiró en un primer momento la política que las había detonado, pero dos años después impuso una medida más drástica.

Por otro lado, destacó que personajes nefastos como Ortega, utilizan la democracia para llegar al poder pero luego no quieren dejarlo y van acaparando todas las instituciones con ayuda de sus aliados políticos. Hasta que se convierten en amos y señores y empiezan a instaurar una sociedad similar a la de 1984.

Otra de las víctimas del gobierno ha sido la Iglesia Católica, la cual, según Medina, es atacada por difundir la Palabra de Dios y la Doctrina Social.

“El mismo régimen tiene temor de lecturas bíblicas que denuncian injusticias, abusos y persecución. La Iglesia Católica ha jugado un rol activo desde la fe inspirada por el magisterio y la guía de Dios”, comentó el periodista.

Por su parte, la fuente anónima contó que muchos amigos sacerdotes han sido perseguidos y forzados a dejar el país.

“Nosotros en el municipio de San Lorenzo, teníamos a un sacerdote que se resistía ante las imposiciones de la dictadura, luchó y soportó hasta que tuvo que irse. A otro sacerdote lo amenazaron de muerte: se salía del país o lo mataban. Ambos están exiliados. Algunos seminaristas y otros tres sacerdotes que conozco también  han sido desterrados. Donde yo vivo ya no tenemos sacerdotes. Incluso el rector de mi universidad que era sacerdote fue exiliado”, denunció.

En medio de todo este panorama de vidas truncadas y sueños rotos, ambos informantes afirmaron que la alternativa que le queda a los ciudadanos es resistir y esperar la ayuda de la comunidad internacional.

“Hay que continuar denunciando las violaciones a derechos humanos, documentar y denunciar al régimen y por último mantener la resistencia, la lucha y la esperanza de que pronto llegará un nmañana mejor. Tener esa promesa de un mañana más justo para todos los nicaragüenses”, expresó como mensaje final la fuente anónima.

Esperamos que Nicaragua pueda dejar de caminar entre sueños rotos y pase a recorrer sendas prósperas y de bienestar.

 

Dejar una respuesta