Política

EL PERÚ AL GARETE

Por Juan Carlos Suttor
El Perú vive una debacle. Vivimos en un país en el que, se protege a los delincuentes, con un gobierno que solo espera a que llegue una paloma de la paz para que convenza a los vándalos que cometen actos de terrorismo de que no ataquen a nuestra policía, no invadan aeropuertos, ni destruyan la propiedad pública y privada. Todo esto con el consentimiento de la ONU, la OEA, la CIDH, la CNDDHH, Human Rights Watch, presidentes comunistas, la Defensoría del Pueblo, el Poder Judicial y una prensa mermelera que da asco, como Frecuencia Latina, Canal N, RPP, Exitosa, entre otros.
Desespera e indigna la inoperancia que muestra el gobierno de la señora Dina Boluarte, el cual, tratando de agradar a tirios y troyanos, no actúa ni toma las decisiones políticas necesarias y está permitiendo la destrucción de nuestro país y el empobrecimiento de más peruanos cada día que pasa.
Tenemos aeropuertos cerrados y más de 120 vías terrestres restringidas o interrumpidas (http://wsgcv.proviasnac.gob.pe/sgcv_emergenciavial) que impiden el traslado de las ambulancias con enfermos y heridos, así como el normal abastecimiento de alimentos, medicamentos, oxígeno, combustibles y otros. Los mercados están desabastecidos y al haber una menor oferta de productos los precios suben. A su vez, los establecimientos comerciales, agencias de bancos, etc. se ven obligados a cerrar sus puertas para evitar que hagan destrozos en sus locales.
Desgraciadamente, la inacción del gobierno se evidencia en el abandono de nuestras fuerzas del orden. En el caso de la Policía Nacional, ya tenemos a un héroe, el suboficial José Luis Soncco, asesinado de la peor manera en Juliaca y más de 850 policías heridos. Las imágenes que se han mostrado en diferentes medios evidencian la humillación a la que está sometiendo el gobierno a nuestros valerosos policías.
¿Cómo es posible que nuestras fuerzas del orden, impedidas de usar sus armas de reglamento, permitidas por ley, solo puedan defenderse con un casco, una vara y un escudo de plástico que no protege sus piernas? ¿Se ha preguntado, estimado lector, si nuestros policías están alimentándose de manera adecuada, si cuentan con agua, si cuentan con implementos para su aseo personal, si tienen acceso a servicios higiénicos o si están teniendo el descanso necesario? En lo personal, creo que ni papel higiénico tienen.
Lo cierto es que nuestros policías no son superhéroes, están cansados, se sienten maltratados, desmoralizados, están lejos de sus familias, arriesgando sus vidas y no tienen ningún apoyo, más allá de la ayuda que algunos grupos estamos brindando en víveres no perecibles y algunas pancartas en la Vía Expresa que no sirven para nada. Se van a hartar de la falta de soporte y empatía, y en algún momento puede suceder algo grave, si es que el gobierno sigue mirando de costado a nuestros policías. Pasó en 1975 y puede volver a pasar.
Me pregunto qué harían la presidente, el primer ministro, el ministro de Defensa y el ministro del Interior si tuvieran un hijo o un hermano policía, ahí al frente. ¿Seguirían igual de impasibles?
¿Vamos a dejar que esto pase? ¿Vamos a permitir que estos delincuentes que cometen actos terroristas se salgan con la suya? Tengamos por seguro que esto que estamos viviendo ha sido organizado hace mucho tiempo y solo estaban a la espera de la orden para ejecutar. Esto que pasa es parte del gran esquema del Foro de São Paulo, que vemos renacer con fuerza en Brasil, con el regreso de Lula da Silva a la presidencia.
El Perú viene siendo atacado en el frente interno y externo. En el externo, lo hemos visto la semana antepasada en la VII Cumbre de la CELAC, en Argentina, un mamarracho de institución, con los pronunciamientos de los mandatarios Andrés Manuel López Obrador (México), Gustavo Petro (Colombia), Alberto Fernández (Argentina), Luis Arce (Bolivia), Gabriel Boric (Chile) y Xiomara Castro (Honduras).
En diciembre pasado nuestra Cancillería llamó en consulta a los embajadores de los primeros cuatro países mencionados y declaró persona non-grata al embajador de México, Luego ha prohibido el ingreso de Evo Morales al país; también se ha emitido una nota de protesta al embajador de Chile y se ha retirado a nuestro embajador en Honduras.
El papel que viene desempeñando la ministra Ana Cecilia Gervasi es muy destacable, devolviéndole poco a poco a nuestra Cancillería el prestigio que siempre tuvo. Hay, sin embargo, mucho trabajo por hacer en nuestras diferentes embajadas ante el ataque avasallante de medios de prensa y personajes afines al comunismo que difunden noticias falsas.
Falta expulsar del país al embajador de Cuba, el Gallo Zamora, un espía experimentado que desde su posición privilegiada pone en peligro nuestra democracia; romper relaciones diplomáticas con Bolivia y cerrar esa frontera. El Perú se verá perjudicado por el ingreso de soya, que incrementará el precio del pollo y de los huevos, pero sobreviviremos. A Bolivia, sin embargo, se le arruinará gran parte de su comercio exterior al no poder ingresar ni salir sus productos. Es lo que se merece.
¿Continuaremos permitiendo que una presidente desorientada, tal vez exprofeso, conociendo sus antecedentes izquierdistas, que no reacciona ante la gravedad de la catástrofe en que están convirtiendo el país, se mantenga en la nebulosa y hablando de treguas y paz y comprensión? ¿Queremos morir esperando a que nos maten? ¿Nos queda alguna pizca de orgullo nacional? ¿Vamos a dejar que unos miserables delincuentes hagan lo que les dé la gana impunemente abusando de su interpretación de las leyes y de nuestra Constitución Política?
Que Dios nos proteja, sobre todo, a nuestros policías.

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