Vida y familia

EL CURRÍCULO BASADO EN EL CONOCIMIENTO

La experiencia del Colegio Los Álamos

Por: Iván Castillo Plácido

El año pasado estuve capacitando a docentes de matemática del estado en la Dirección Regional de Educación. En una de mis sesiones, al distribuir trabajos en equipo, un grupo de profesores habían trabajado con unos recipientes que tenían forma de tronco de pirámide de modo que, al llenarlo de agua a caudal constante, anotaban los datos en un cuadro de doble entrada la altura del llenado de agua y el tiempo de demora. El objetivo de este “trabajo de laboratorio” era demostrar que la representación gráfica en un plano cartesiano de dichas variables, pertenecían a una curva denominada “parábola”. Me comentaban que con esta actividad desarrollaban un conjunto de habilidades intelectuales en los alumnos, por lo que cumplía con los niveles de estándar de la competencia “Resuelve problemas de regularidad, equivalencia y cambio” según el Diseño Curricular Nacional. Mencionaron también que la actividad era “motivadora” y que ya habían trabajado esta experiencia con alumnos del 4to de secundaria en sus respectivos colegios. Sin embargo, cuando les pedí establecer las fórmulas para determinar el vértice, foco y directriz de dicha parábola, se pusieron en apuros al no saber responder.

Esta experiencia nos muestra que un currículo basado en competencias tiene sus puntos débiles a pesar de que está en todo su apogeo en estos tiempos modernos. Y el punto más crítico, definitivamente es la dogmatización de este currículo polarizando con la pedagogía tradicional basada en el conocimiento. Esta polarización terminológica está impregnada en muchos docentes y autoridades educativas, sesgando y caricaturizando la pedagogía tradicional. Cuando estudié la carrera de educación, conocí a un profesor que afirmaba con energía una frase que extrajo de un artículo de Costa y Liebmann: “los conocimientos se van duplicando cada cinco años, debemos dejar de valorar los contenidos y darle el valor a procedimiento”.

Con esta polarización, se está logrando plasmar en la sociedad un rechazo al desarrollo del entendimiento, a la recitación, la repetición verbal, a aprender las tablas de multiplicar de memoria y sobre todo a la necesidad de tener un bagaje cultural en nuestros alumnos actualmente. Ya decía Gramsci en su libro EDUCACIÓN: “El nuevo concepto de escolarización está en su fase romántica” cambiando los métodos tradicionales por los “naturales”. Aún se escucha a muchos padres de familia influidos incluso por psicólogos, frases como: “al niño hay que dejarlo florecer solo”. No se dan cuenta que con ese pensamiento, lo que van a lograr es que sus hijos adquieran “amor por el aprendizaje” en vez de alcanzar un “pensamiento crítico”.

Sin embargo, en la actualidad hay colegios que trabajan con el enfoque de un currículo basado en el conocimiento como los colegios “Core Knowledge”. Core Knowledge Foundation está dedicada a promover la excelencia y la equidad en la educación para todos los estudiantes, y publica libros y materiales educativos para toda su red de colegios. Su fundador, E. D. Hirsch, Jr. es profesor emérito de educación y humanidades en la Universidad de Virginia y tiene varios escritos donde sustenta la importancia de este tipo de currículo escolar, mencionando que: “solo un currículo completo y específico del conocimiento puede impartir el conocimiento necesario a todos los niños y superar la desigualdad de oportunidades”.

Uno de los colegios en Latinoamérica que es miembro de esta fundación es “Los Álamos” en Jesús María. El enfoque de este colegio de educación personalizada es desarrollar competencias a través de un currículo basado en el conocimiento. El alumno de Los Álamos no es un ente pasivo sentado en una carpeta sino un agente activo, manteniendo la escucha activa en un primer momento, para luego llegar a la reflexión de las ideas y conceptos nuevos elaborando ensayos y participando en debates. Sus mentes almacenan hechos importantes de la historia de nuestro país y del mundo, así como las concepciones básicas de moral cristiana y apologética.

Esto puede sonar un poco fuerte y asustar a más de un padre de familia, pero a través de los años, no he visto a un niño de Los Álamos salir con problemas de estrés o que se haya rendido académicamente. La experiencia institucional confirma lo mencionado por Hirsch: “proporcionar a los niños conocimientos que les capaciten es motivador por sí mismo: libera su predisposición natural a aprender”. La natural curiosidad es tan innata que habría que “frustrar” sistemáticamente a un niño para que fuera indiferente o se aburriera.

Por eso, vemos a los niños de los primeros grados de Los Álamos competir en las tablas de multiplicar, recitar con naturalidad y energía las décimas de Nicomedes Santa Cruz como el “A cocachos aprendí”, narrar con sencillez las obras de Hans Cristian Andersen, y en los niños de los últimos grados de primaria elaborar resúmenes y ensayos de El Quijote, Oliver Twist, El mago de Oz, fragmentos de El Cid, Robinson Crusoe, Simbad el marino e interpretaciones de La Iliada y La Odisea.

El colegio Los Álamos tiene una estructura dosificada de conocimientos a desarrollar por cada grado en las distintas áreas curriculares, cuidando que no existan huecos y repeticiones aburridas con el pretexto de una profundización en espiral. Y desarrollan habilidades blandas a través de grandes proyectos como los torneos de debate EXPRESARTE y el famoso TALENT NIGHT que pone en escena cada año a más de un centenar de sus alumnos.

Las evidencias de su calidad educativa a través del enfoque curricular basado en el conocimiento, son el 100% de alumnos que ingresan a la universidad antes de acabar el 5to de secundaria, los resultados anuales del Bachillerato Internacional donde obtienen el diploma más del 85% de los inscritos superando sus notas al promedio mundial, el Pronóstico de Potencial Universitario (PPU) de la UPC que se toma cada año figurando desde el 2013 entre los tres primeros puestos a nivel nacional, y las evaluaciones censales del estado en Matemática y Comprensión Lectora en los distintos grados de primaria y secundaria donde superan el 80% de alumnos que están en el nivel de “Logrado”.

Cierro este artículo con una experiencia institucional. El año pasado Los Álamos solicitó al Consorcio de Centros Educativos Católicos que evalúen a sus alumnos del 4to, 5to y 6to grado de primaria en Matemática y Comunicación. El Consorcio presentó un esquema de evaluación basado en competencias tal como lo sugiere el estado, con un alto nivel académico. Días después de la evaluación, se reunieron los directivos del colegio con las autoridades del Consorcio y les entregaron los resultados. Al hacer los análisis correspondientes felicitaron al colegio bastante sorprendidos, pues era extraño – según ellos – que un colegio al rendir por primera vez el esquema de evaluación que el Consorcio programa, muestre resultados tan favorables como si ya estuvieran adaptados a su riguroso proceso de evaluación. Casi el 50% de sus alumnos obtuvieron notas destacadas (nivel satisfactorio) en las dos áreas. Directivos y profesores del colegio concluían que su currículo por contenidos al ser bien estructurado, responde eficazmente a este tipo de evaluaciones que sigue el estado y muchos colegios.

Con este currículo, el colegio Los Álamos brinda educación de calidad desde 1992, formando personas con criterio “entendiendo la cultura como la riqueza intangible que se transmite a cada generación”.

1 comentario

  1. De acuerdo con el artículo. Doy fe, del nivel académico del Colegio Los Alamos, la exigencia es fuerte, pero nada que el alumno (de acuerdo a su grado) no pueda realizar. Y el conocimiento se complementa con los valores tan importantes para la vida. Ello me hace sentir tranquilidad porque sé que en un futuro, mi hijo saldrá a enfrentar con bases sólida las exigencias de la sociedad los niveles académicos de instrucción superior, que hoy por hoy son tan competitivos.

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