Por: María Ximena Rondón
Las imágenes de los deslizamientos de tierra, desbordes, casas destruidas y el tono de voz dramático de los periodistas han regresado.
Con la llegada de los huaicos, los medios de comunicación se colocan la careta de la tristeza y de la superioridad moral para dar a conocer las impactantes historias de los damnificados. Mientras más mujeres salgan del río cubiertas de barro, mejor.
Este pequeño atisbo de dureza ante la situación responde a la completa ineptitud del gobierno y de la población para “despertar” y ponerse manos a la obra para evitar el miedo drama de todos los años.
En primer lugar, la infraestructura es un desastre y tienen mucho que ver las personas que construyen sus casas (incluso invadiendo el terreno) en las zonas de riesgo, así como los gestores de los recursos gubernamentales, quienes no elaboran ni ejecutan un plan de urbanización optimizado y una estructura para evitar el daño producido por los huaicos.
Recuerdo un video que vi en redes sociales hace unos años. Se trataba de una nación aparentemente europea que tenía una construcción interesante que servía como contención y caudal del río. Los edificios e inmuebles no eran tocados por el agua, que recorría por el camino establecido. Sería un gran avance si en Perú pudieran construirse estructuras similares y que la población las exigiera.
Pero, parece que seguimos viviendo con la misma mentalidad mediocre de “así es siempre” y no abrir la cabeza a nuevas soluciones. Tampoco olvidemos la “viveza” de los ignotos que construyen sus viviendas cerca de las quebradas y que no se toman el trabajo de investigar si el lugar donde quieren asentarse es seguro. Es, en verdad, una pena ya que por su viveza ponen en riesgo a los suyos.
¿Cuántos huaicos más tendrán que pasar para que la gente se de cuenta de que el “sistema actual” no está funcionando?
El país no puede y no merece vivir esta situación. Las imágenes en la prensa resultan cada vez más indignantes ¿Hasta cuándo seguiremos así?
Tenemos que reaccionar, a menos que a alguien le interese que las cosas sigan tal cual y no le importe educar a la población para evitar el terrible impacto de los huaicos. Quizás con tal de conservar el poder, no les importe sacrificar a su propia gente.
Lo que falta es principio de autoridad, el cual no se puede ejercer por qué la prensa sistémica, financiada por soros, sale en masa con notas sentimentales a defender a los expulsados de las quebradas peligrosas
Pero además sin pobres los comunistas no tienen negocio, ellos comen de la pobreza ajena, consiguen dineros con sus ong, que lo dedican a pagar sus jugosos sueldos, y a los pobres no les llega nada. Los pobres no entienden y lamentablemente no aprenden, hay claro, excepciones, pero son eso, excepciones. La mayoría de los pobres son incapaces de aprender, pues por falta de alimentación adecuada al inicio de sua vidas, sus capacidades de aprendizaje están limitadas. El problema solo puede ser solucionado por esas excepciones que de la propia zona han salido.