Política

AL ESTILO DEL VIEJO OESTE

Por: Luis Yunis

La situación política entre el Ejecutivo y el Legislativo está cual película de vaqueros del lejano oeste, ambos pistoleros se encuentran frente a frente; uno y otro miden sus fuerzas. El de la derecha pretende hacer prevalecer el respeto a las reglas de una casa venida a menos; el de la izquierda, con las armas a su disposición quiere imponer sus reglas. Los dos, con el rabillo de los ojos miran a su alrededor la atenta mirada, pero pasiva posición de los espectadores; se lanzan improperios, groserías, gruñidos y escupen una baba pegajosa sin sentido. Hay público para ambos, pero la mayoría no sabe quién es el bueno y quién el malo, y los que saben diferenciar a ciencia cierta prefieren mirar a otro lado para luego aplaudir a cualquiera de los ganadores. Pasan las horas y la tensión continúa, el uno y el otro solamente esbozan muecas con sus labios retorcidos mientras los nervios del verdadero pueblo que espera tranquilidad y paz aguarda el desenlace de quién dispara primero.

En esa antesala se hace evidente en el interior de la ciudad el desconcierto, los robos, las paralizaciones, el pillaje, la confusión y el desorden; entretanto, las huestes de uno de los desafiantes incitan a la violencia, al atropello y a la furia, ante la pasividad e inacción de los simpatizantes del oponente; sin embargo, ninguno de los dos adversarios goza de la confianza general del pueblo, quienes consideran que sólo se trata de una fanfarronería y medición de fuerzas absurda,  vana y absolutamente ridícula, incluso hay los que abiertamente se atreven a señalar que fuera de esos gestos groseros, toscos e irreverentes, ninguno de los dos se decidirá a desenfundar por temor a perder sus intereses, y mientras ello ocurre, crece la inestabilidad, se procede con capturas e intervenciones de un lado de los adeptos del desafiante, pero, también los mercenarios de éste lado se mueven entre las sombras para ocupar posiciones más desafiantes.

Pero en ese ínterin en que el defensor vacila con su inacción, el provocador refuerza su posición amparándose, escudándose y dándole una de sus armas a la más decidida de sus francotiradores para que llegado el momento proceda a extraer y disparar sin contemplación de ninguna índole, lo que acabaría con ese compás de espera de propios y extraños que dejaría incrédulos a algunos, escépticos a otros, ridiculizados a muchos, atónitos a los indiferentes y pasmados a los displicentes, pero abatidos y destruidos a los rivales quienes seguramente pensaron ilusamente que el rival no se atrevería a desenfundar, y obviamente descargar a matar.

De hecho, en ese tipo de películas del western americano nos acostumbraron a que gane normalmente el forajido bueno, que éste sea más rápido en disparar y con ideas mejores lúcidas para cautivar a su auditorio, lamentablemente, la vida real nos enseña otra cosa; y en ese plantón, aguardando el presente desenlace, muchos de la concurrencia esperamos que este duelo sólo sea una fanfarronería más de quien ostenta mejores armas que obviamente no son legales, porque de imponerse con ellas, no solamente se verían avasallados los contrincantes, sino todos aquellos que estamos del lado justo de la historia, pese a estar en desacuerdo con casi la totalidad de los antagonistas del forajido malo.

1 comentario

  1. Mala metáfora, que solo puede beneficiar a la caviarada, dónde está la “respaldadora” #VeronikaconVdeVenezuela, dónde los medios que refresquen la memoria de los peruanos con las palabras de la señora, pues la caviarada está parapetada, y desde el burladero espera para dar zarpazo, al grito de que se vayan todos y quedar blanqueados para las próximas elecciones. #Castillonomerepresenta.

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