Por: María Ximena Rondón
“MayThe4thBeWithYou” nos regaló nuevo contenido de la querida franquicia Star Wars: unos cortos elaborados por varios estudios de anime japoneses llamados “Visions” (los cuales recomiendo) y una serie para niños titulada “Young Jedi Adventures”, cuyo objetivo es transmitir las enseñanzas de la Fuerza a los más pequeños y perpetuar ese legado.
Sin embargo, lo que parece ser una tierna e inofensiva serie de iniciación, lanzada en la plataforma de Disney+ tiene un lado oscuro: el adoctrinamiento LGTB.
Disney, en su esfuerzo por imponer a los niños la aceptación de la homosexualidad y todo el alfabeto combinado, ha vuelto a introducir a una pareja homosexual como figura parental de uno de los personajes: Nash Durango.
En el capítulo dos, esa joven piloto participa en una carrera y aparecen dos mujeres abrazadas como sus “mamás”. En los capítulos tres y siete, ella menciona a la pareja como su familia, incluso al inicio de la serie afirmó que eran sus “padres”.
Nash también es una figura dudosa: su voz es un punto medio entre lo masculino y femenino (quizás más pegada a lo masculino) y podría pasar como un niño debido a su aspecto y actitudes que emanan energía masculina. Las niñas que vean esa serie, tendrán en Nash a una figura totalmente distorsionada con la que identificarse y que transmite una imagen de que una mujer piloto está cargada de testosterona.
No puede faltar la presentación negativa de la niña que representa la feminidad, Raena Zess, cuya contraparte “buena” es la machona Nash.
El único rol más exacto para la niñas sería el personaje de Lys, quien ama a los animales y es un padawan. Aunque tengo mis dudas.
Realmente es decepcionante que una serie que significa el traspaso del cariño por una saga tan especial como Star Wars se convierta en un adoctrinamiento LGTB para los niños.
Y es preocupante que ese dato pasara desapercibido, pero aquí estamos para advertirles, porque la serie lo trata como si fuera algo totalmente normal y lo mencionan en varias ocasiones para que uno termine de aceptarlo.
Ya lo intentaron con Lightyear, película que Disney defendió y afirmó que, con el beso polémico entre dos mujeres, querían transmitir a los niños una “sensación de normalidad, es como tiene que ser”.
Consideramos que el tema de la educación sexual debe ser abordado en toda su complejidad por los padres de familia, no por una franquicia que pretende introducir a los niños en conceptos para los que no están preparados emocionalmente y que benefician a una minoría escandalosa e intolerante.
Sin embargo, Disney continúa imponiendo ese lobby pese a que muchos padres han expresado su rechazo, reflejado en el fracaso de Lightyear.
Lo que más me preocupa ha sido leer los comentarios de personas que se dicen católicas y que participan en su parroquia defendiendo la introducción de ese lobby LGBT en Young Jedi Adventures e incluso afirmando que verán esa serie con sus familiares más pequeños.
Parece que solo son católicos light, porque un verdadero católico sabe que la homosexualidad es un pecado condenado por la Iglesia Católica. Si bien, se respeta a todas las personas porque tienen dignidad, no se debe aceptar las conductas pervertidas y pecaminosas. Un católico no puede olvidar sus principios ni tener miedo de tocar esos temas por miedo al rechazo. En estas circunstancias, uno debe ser muy claro y defender sus valores.
Por eso, les invito a que adviertan a sus familiares, amigos y conocidos sobre la nueva ofensiva de Disney para el adoctrinamiento LGBT con Young Jedi Adventures. Debemos evitar que los niños caigan en el lado oscuro de la fuerza.