Iglesia

TECHO DE CRISTAL

Por: Ántero Flores Aráoz

Unas desafortunadas, por decir lo menos, declaraciones de un cardenal de nuestra Iglesia Católica, que se desempeña en el arzobispado de Huancayo, me hizo acordar de un conocido refrán que reza; “No tires piedras si tú techo es de cristal”.

Se preguntarán con toda legitimidad ¿A qué viene todo esto? y la respuesta es muy sencilla, ello viene a que el cardenal al que me refiero ha expresado opinión en el sentido que el “Sodalicio de Vida Cristiana” debería desaparecer, más contundentemente: que debería ser disuelto y, todo ello, debido a que han sido investigados algunos casos en que se ha acusado a contados miembros de dicha Congregación religiosa de haber cometido abusos sexuales y en otros casos abusos sicológicos y emocionales. Estos últimos confundiéndolo con lo que en la realidad es formación de carácter.

Con todo respeto al obispo que se expresó en tales o similares términos, estimo que está en error, pero siendo la Semana Santa una buena oportunidad para su reflexión, Dios quiera se rectifique.

Las razones por las que estimo que el obispo está equivocado, son varias. La primera y poderosísima es que las instituciones no abusan ni delinquen y, que, en todo caso, lo pueden hacer sus miembros, quienes deben responder personalmente por sus acciones u omisiones y, de haber culpabilidad ser sancionados por ello, tanto con todo el peso de los cánones religiosos, como de los civiles.

Otra de las razones es que no puede castigarse a toda la Institución, por las incorrecciones que puedan haber cometido alguno o algunos de sus integrantes, con olvido de la obra ejemplar que realizan por décadas la mayoría de sus miembros, en diversas actividades como pueden ser, las parroquiales, la enseñanza en todos sus niveles, el acompañamiento en el lecho de enfermedad y en el último aliento, el consuelo a los deudos, la solidaridad y apoyo tanto material como espiritual, a las personas olvidadas por la fortuna, entre tantas otras muchas actividades.

Debo precisar, que soy testigo de lo expuesto en el párrafo anterior, pues pertenezco a la Parroquia de Nuestra Señora de la Reconciliación, desde hace varios lustros, Parroquia que está conducida por sacerdotes, religiosas y religiosos del Sodalicio.  Además, algunos de mis nietos han sido bien formados en Colegio relacionado con dicha Congregación.

Debemos recordar, que el propio Sodalicio realizó investigación interna e hizo que terceros, de reconocida versación y seriedad, hiciesen lo propio, con resultados que acreditan que no estamos frente a una organización de sátrapas y que las incorrecciones de algunos han sido materia de reparación, aunque no se pueda variar la realidad.

Si las instituciones fueran responsables por todo lo que hacen sus integrantes, habría que disolver varias Congregaciones, entre ellas la Compañía de Jesús, a la que pertenece tanto el Papa Francisco como el cardenal que se prodiga en falaces comentarios.  Basta también recordar lo sucedido en tres colegios de la Compañía, en Berlín, entre 1970 y 1980, investigados por Ursula Raue. Igualmente, el escandaloso caso del jesuita Renato Poblete en Chile. ¡Cuidado hay techo de cristal!

La Iglesia igual que tiene cosas maravillosas que mostrar, en el otro lado de la moneda, sufre actos absolutamente reprobables, pero ello no significa que deba desaparecer, sino corregir y estar alerta, para que nunca más se produzcan hechos vergonzosos

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