Política

¿QUIÉN SE HA LLEVADO EL QUESO DEL PERÚ?

Por: María Ximena Rondón

Esta semana leí un bestseller que me hizo reflexionar sobre el “status quo” de la vida personal y de la sociedad en la que vivo, la peruana.

¿Quién se ha llevado mi Queso?, un texto corto que recomiendo leer, me enganchó con sus moralejas liliputienses sobre la actitud ante el cambio, preferir la comodidad antes que abrirse paso ante la incertidumbre y buscar nuevas oportunidades y opciones, y saber adaptarse.

Los cuatro personajes del libro recorren un laberinto en busca de aquel insumo que les permite sobrevivir y les produce felicidad. Uno de ellos, llamado Hem, es la representación de quien se niega a “salir de la zona de confort” y superar la adversidad.

El Perú está lleno de Hems, pues la gente aún sigue repitiendo la frase “lamentablemente todo (la vida) es así” y hundiéndose en la mediocridad, especialmente en la educación. Algunas figuras que han “salido de abajo” son contempladas con admiración o con envidia. Respecto a la política, pareciera como si la mayoría de los peruanos se hubiese rendido a que las cosas siempre estarán mal.

Pareciera que siempre seremos un país en desarrollo, sin capacidad siquiera de poder fabricar e inventar cosas útiles como armas, modelos de negocios, infraestructura y potenciar el talento. Ni siquiera tenemos un cuerpo de bomberos con equipamiento decente para combatir incendios. Y lo peor de todo, es que son voluntarios y no hay una preocupación política por darles un sueldo digno y un equipamiento adecuado.

Nos hemos quedado al inicio de aquel laberinto pensando si aparecerá algún “Queso Nuevo” que nos sacará del fango por arte de magia. La próxima convocatoria a las elecciones que tendrá lugar a mediados de este año volverá a demostrar que solo somos unos Hems sin remedio. Todo seguirá igual, incluso puede que la derecha se una para erradicar un mal inmediato, pero no les da para más.

Deberíamos imitar a los tres personajes: Fisgón, Escurridizo y Haw. Ellos se encontraron en una situación difícil y de carencia de recursos y resolvieron, con algunos temores, buscar nuevas alternativas. A los peruanos les haría muy bien abrir la cabeza a nuevas ideas y oportunidades.

No podemos quedarnos cruzados de brazos lamentando ”¿Quién se ha llevado mi Queso?”, cuando depende de nosotros tener la fuerza de voluntad para introducirnos en un camino de posibilidades.

Ojalá despertáramos y fuéramos como Fisgón, Escurridizo y Haw.

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