Cultura

NADIE ES PROFETA EN SU TIERRA: EN BUSCA DE LOS VICÚS PERDIDOS

Por: María Ximena Rondón 

La cultura Vicús fue parte del gran abanico precolombino peruano. Asentada principalmente en el departamento de Piura, existió del 150 a. C al 400 d.C. Las pruebas de su existencia han sufrido la penosa dilapidación del huaqueo, aunque el trabajo de los arqueólogos ha permitido conocer parte de su cosmología y sus matices políticos y sociales. 

Su cerámica se caracteriza por esos peculiares ojos “achinados”, los animales y los “huacos silbadores”. 

Sin duda esta civilización es uno de los tesoros que Piura tiene para ofrecer al visitante, junto con los legendarios platos, que son un deleite para el alma, las playas y los ecos del heroísmo de Grau.

Sin embargo, no solo de la buena comida y de las buenas olas vive el hombre, sino también de la buena cultura. En busca de atracciones locales, visité con mi familia el Museo Municipal Vicús, conocido por albergar los vestigios de esa grandiosa civilización. 

Con grandes expectativas, ya que el año pasado estaba cerrado por la pandemia, entramos dispuestos a sumergirnos en ese legado precolombino, pero nos topamos con una amarga realidad: de esa gran estructura de varios pisos, solo uno estaba habilitado. Algunas piezas Vicús estaban acompañadas por un fantástico mural que representaba la unión y el legado cultural precolombino e hispánico.

Cuando preguntamos al encargado de turno por las salas cerradas, nos comentó que las autoridades no tenían como prioridad la difusión del legado cultural, representado en ese museo. Desde las sombras, se veían las salas cerradas de orfebrería y de otros tesoros de los que el público es privado.

Es lamentable pues un pueblo sin cultura, es un pueblo sin alma y más aún en un país cuyo gobierno proclama la reivindicación del pasado y lo autóctono, pero que no promueve algo tan importante como un Museo Municipal Vicús.

Se requiere una buena curaduría y un patronato para valorizar este lugar y otros tantos que no son un foco de atención. Si un pueblo pierde su identidad milenaria, será muy fácil que alguien más le implante una nueva. Esperamos que este “descuido” no sea un eco de la Revolución Cultural China, que pretendió destruir el pasado para forjar una nueva civilización. Recordemos la predominante ideología de izquierda del gobierno. Que no nos quiten el pasado.

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