Política

MIRTHA, ¡EXPRÓPIESE!

Por: Fernando Valdivia Correa

En diciembre de 1998, en entrevista televisiva el entonces candidato presidencial Hugo Rafael Chávez Frías prometió combatir la corrupción, el hambre y la miseria, invitando a los empresarios extranjeros a invertir en el país, afirmando con ello el respeto irrestricto de la propiedad. Asimismo, juró que si incumplía alguno de sus múltiples ofrecimientos renunciaría al cargo. Poco tiempo después, cambió la Constitución irrogándose poderes plenipotenciarios y prorrogando indefinidamente su mandato, hasta marzo de 2013 cuando falleció de cáncer, tomándole la posta (igual en forma vitalicia su sucesor Nicolás Maduro). En sus cerca de catorce años, Chávez nacionalizó aproximadamente 1200 empresas privadas relacionadas con la construcción, agroindustria, petróleo, comercio y alimentos. Es conocida su deplorable frase ¡EXPRÓPIESE! pronunciada en el 2010 en pleno centro de Caracas cuando decretó la confiscación de diversos negocios. El resultado: un país plagado de corrupción (con graves imputaciones de delitos relacionados con lavado de activos, drogas, violaciones de derechos humanos, etc.), incremento galopante de la delincuencia (incluyendo grupos paramilitares), trayendo consigo el aumento de la hambruna por la escasez de alimentos de primera necesidad, producto de la hiperinflación, agregándose la diáspora de más de 5 millones de venezolanos forzados a partir en la búsqueda de un futuro alentador.

En el plano local, el pasado lunes ante la representación nacional, la Presidente del Consejo de Ministro exponía la política general del gobierno con miras a obtener el voto de investidura. En su discurso, Mirtha Vásquez omitió –entendiéndose como estrategia– mencionar temas como la Asamblea Constituyente o nacionalizaciones; sin embargo, en simultáneo y en Jaén (Amazonas), el señor Pedro Castillo literalmente le “jalaba la alfombra” a su Premier al requerir al Parlamento a expedir una ley que estatice el gas de Camisea. En la tarde del mismo día, el propio Castillo se desdijo como ya es costumbre. No necesitas enemigos Pedro.

Las críticas, inclusive de personajes políticos afines al ejecutivo, han sido reacias. Como lo ha sido también el tambaleante flujo cambiario al subir nuevamente el dólar, cuando la tendencia esperada era a la baja. En el gobierno, la frase “se quedaron mudos” quedó en su máxima expresión. Solo un entusiasta Pedro Francke en las redes sociales afirmó que “nacionalizar no significa de ninguna manera estatizar la actividad privada… (sino)…. ponerlo al servicio de los peruanos y en particular de nuestros compatriotas del sur”. ¿Entendieron?, yo tampoco. Dos días después, doña Mirtha interpretó al Presidente señalando que “el único objetivo es masificar el gas y proceder a las renegociaciones para tener condiciones más adecuadas…”. Insisto, ¿comprendieron?, ídem.

Por su parte, Julio Velarde, Titular del BCR, expresó que “Las encuestas de agosto fueron muy negativas, mejoraron en setiembre y esperábamos que mejoren (las expectativas de las empresas) fuertemente en octubre, pero luego del anuncio de ayer es posible que no sea con la intensidad que anticipamos”. Con mayor énfasis, Felipe Cantuarias, presidente de la Sociedad Peruana de Hidrocarburos, refirió que expropiar Camisea costaría a todos los peruanos la suma de US$ 30,000 millones. Con todo este innecesario revuelo, irónicamente la Cancillería anunció que Castillo participará el próximo mes de enero en el World Economic Forum (Davos). La pregunta es ¿para qué?.

Aunado a todo lo anterior, desde Tacna el mandatario afirmó que la posibilidad del cierre del Congreso “es una facultad del pueblo”. No hubo repreguntas de la prensa para saber a qué se refería con dicha frase, ni tampoco aclaración por parte del gobierno. En síntesis, no tuvo eco. No obstante, lo aseverado por Castillo resulta temerario y preocupante.

 Alguna vez Napoleón Bonaparte dijo “podemos detenernos cuando subimos, pero nunca cuando descendemos”. Esta frase aplica con exactitud al momento actual en el país, pues el gobierno está cuesta abajo, no gestiona porque desconoce y no le interesa saber. En lugar de ello, insiste (y seguirá haciéndolo) en afiebradas propuestas populacheras como cambiar la Constitución, y con esto la captura total del poder. Una vez logrado, nuestros derechos fundamentales (libertad de expresión de tránsito, a la propiedad, entre otros), serán cercenados, escuchándose en adelante y de manera frecuente el “Mirtha, ¡Exprópiese!”. Estamos a tiempo de evitarlo. Al Congreso, detener la barbarie que se avecina.

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