Por: Erus Símera
En Knossos, isla de Creta
en un lúgubre recinto
está oculta, se encaleta
la bestia del laberinto.
De aquel reino, hoy día extinto
que al gran Rey Minos, recuerda
en un palacio distinto
la Reina Dina, concuerda.
La gobernante de izquierda
a medio mundo, distante
cuida que no se le pierda
su par de bestias, flagrante.
Minotauros al levante
y al poniente, corrupción
ocultos como un amante
o un ladrón en el balcón.
Vladimir por concusión
Nicanor por los prefectos
escapan de la prisión
por Dina y sus afectos.
Minotauros insurrectos
gracias a Su Majestad
con laberintos perfectos
en la clandestinidad.
Dina presta su bondad
su “cofre” y otros favores,
tenebrosa libertad
a sus prófugos amores.
Los policías peores
del sector del interior
son parte de los horrores
un auténtico pavor
el Ministro protector,
Juan José de los Fugados,
por la Reina, hace el favor
con cuerpos descuartizados
policías suicidados
y tétrico tres por ciento.
Para los dos sentenciados
que un Teseo, traiga el viento.
añadir un comentario