
Poema por los 490 años de Lima
Vino a yelmo, coraza y en caballo
con un calzón de paño grueso fino
don Francisco Pizarro,
vino a espada de dos manos y filo
no para destajar o dar estoques
sino a sembrar solares y jirones
a dar a una ciudad real destino
y fundó entonces Lima, con buen vino,
tres veces coronada villa y honre
de Ciudad de los Reyes el nombre
y del Virreynato, capital.
Así el Pizarro hecho de metal
ecuestre y maltratado injustamente
volvió de nuevo, vino por su gente
por su plaza y conventos,
calles, ayuntamiento,
iglesias y picarones,
amancaes, guitarras y festejo.
Señor fundador, a celebraciones
que para la jarana no esté viejo
y para Lima, Dios dé muchos dones
y dé pisco hasta para los bribones:
¿Le echaron de la plaza?
¡Con qué derecho, burros, qué tal raza!
Vuelva como chalán, poncho bordado
sombrero de ala ancha y frente en alto
con caballo de paso y marinera
es lo que su ciudad, Lima quisiera.
¡Qué el alcalde devele su figura
y Usted decrete fiesta y sabrosura!