Vida y familia

HONDURAS: VICTORIA DE PADRES DE FAMILIA SOBRE ADOCTRINAMIENTO DE GÉNERO

Por Carlos Polo 

El 29 de julio será un día memorable para los padres de familia de Honduras y de toda Iberoamérica. El veto de la presidenta Xiomara Castro de Zelaya selló el triunfo de los padres de familia frente a la maquinaria internacional a favor del adoctrinamiento de género. Una semana antes 50 mil padres de familia que integran el movimiento “Por Nuestros Hijos” salieron a marchar y protestar por las calles de las 7 ciudades más importantes de este país provida centroamericano. La manifestación pública multitudinaria fue alentada y respaldada por obispos, sacerdotes y religiosos católicos asi como pastores evangélicos. 

Pero no fue nada fácil. Xiomara Castro no es una presidente pro-vida. Ella es esposa del ex presidente Manuel Zelaya destituido el 2009 en medio de una crisis política e investigaciones de corrupción. Ambos esposos han gozado del apoyo de presidentes de izquierda liberal y comunista desde el chino Xi Jinping hasta el brasilero Lula o el clan argentino de los Kirchner. El gobierno de Biden bendijo a Xiomara Castro desde el minuto cero a través de Kamala Harris. La vicepresidente de EE.UU., activista del aborto y de la agenda LGTBI, estuvo en la toma de poder en enero del 2022 lo que CNN resaltó como clave para entender la línea política del nuevo gobierno.

Fue precisamente la mayoría del congreso conformado principalmente por el partido oficialista la que había aprobado el 8 de marzo la llamada “Ley de Educación Integral de Prevención del Embarazo Adolescente” ante el rechazo de diversos sectores del país.    

Esta ley es de manual. Como muchas otras similares en Iberoamérica, promueven la llamada “educación sexual integral” con enfoque de género. Esto no es otra cosa que decir a los niños desde los primeros años de colegio que su sexo biológico ya no importa sino su autopercepción, que esta autopercepción de su sexualidad es su identidad y que la única regla en materia sexual es el placer. Les dicen abiertamente a los niños que pueden tener relaciones sexuales cuando lo deseen y con quien deseen con tal de cuidarse de un embarazo o de una enfermedad de trasmisión sexual. Por supuesto, estos programas enseñan que parte fundamental de “sus derechos sexuales y reproductivos” es el acceso a los anticonceptivos sin consentimiento de los padres e incluso al aborto

También es de manual la forma de aprobarlo. En Honduras, fue UNFPA quien ya lleva muchos años trabajando el tema de la “educación sexual para la prevención del embarazo adolescente” mediante una educación que promueve la actividad sexual a edad temprana.  El coro de las agencias ONU, parlamentarios oficialistas y ONGs locales entonaba la misma canción repetida en todos los países. Sin embargo, esta “medida urgente para proteger a las niñas hondureñas” no es la reflexión original de ningún hondureño, sino que es desfachatadamente importada. Con todos ellos y algunos tontos útiles (si son religiosos mucho mejor) hacen eventos y notas de prensa para crear un falso consenso social donde luego suman al gobierno de turno y a sus altos funcionarios. En 2006, Xiomara Castro en ese momento Primera Dama, impulsó programas de educación sexual de UNFPA. En 2010 se aprobaron las guías escolares tituladas “Cuidando mi Salud y mi Vida” socializadas y validadas por el “Comité Interreligioso para la Prevención al Embarazo en Adolescente”, quienes a su vez aprobaron su impresión.

Los promotores de la Cultura de la Muerte trabajan. Pero los pro-vida también lo hacemos. 

Siempre sigo de cerca los acontecimientos en Honduras gracias a mis amigos Leonardo y Martha Lorena Casco fundadores del Comité Provida. Desde que nos conocimos en 1989 nos ha unido el propósito de dar batalla cultural potenciando organizaciones y profesionales, principalmente jóvenes. Con el paso de los años vemos con alegría el surgimiento de nuevos líderes e iniciativas que enfrentan cada vez más eficientemente a los promotores de la muerte.

La “Marcha a favor de la niñez y la familia” ha sido una de las manifestaciones públicas más concurridas en la historia de Honduras. Fue organizada por el movimiento ciudadano “Por Nuestros Hijos.  David Andrade, fundador de Generación Celeste una de las organizaciones que forman parte del movimiento Por Nuestros Hijos, declaró a los medios semanas antes de la marcha: “Hemos tenido decenas de horas de reuniones para estudiar el tema y cómo íbamos a reaccionar y quiero decirle que, en lo que llevo de vida, nunca había visto un movimiento que creciera tan rápido, de manera natural, y sin financiamiento de una organización poderosa detrás de nosotros… han sido padres y madres de familia de a pie que nos hemos organizado porque entendemos que el riesgo sobre nuestros hijos es mayúsculo”. 

El sábado 23 de julio llenaron las calles de la capital Tegucigalpa y otras 6 ciudades con colores, música y alegría juvenil en una celebración de la vida que será memorable. También llenaron los medios de comunicación locales e internacionales

Los voceros de la marcha denunciaron el contrabando ideológico. La ley decía que se pretendía resolver el drama de las menores embarazadas, pero en realidad buscaba implementar “un proyecto educativo basado en la destructiva ideología de género que promueven los organismos internacionales”. El mensaje a Xiomara Castro fue alto y fuerte: no iban a tolerar que sus hijos reciban una educación en contra de sus principios y valores. Y pedían el veto presidencial a la referida ley. 

La respuesta fue igual de clara. La presidente señaló que vetaba la ley “por no cumplir su finalidad de ser integral y prevenir los embarazos en adolescentes de acuerdo a las razones expuestas en los fundamentos del veto”, como escribió la mandataria hondureña en la red social Twitter. Bajo el formulismo del veto “VUELVA AL CONGRESO” se espera que esta ley no vuelva más al despacho presidencial. 

Los provida hondureños se anotaron un gran triunfo sobre la maquinaria internacional del adoctrinamiento de género y se constituyen en un ejemplo a seguir en toda la región. 

 

Carlos Polo, es Director de la Oficina para Iberoamérica de Population Research Institute, y co-autor del libro “Que otros no decidan por ti. Hacer política en la era de la posverdad”

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