Por: Frank Krklec
El eufemísticamente denominado “Cuarto Poder”, en referencia a los medios tradicionales (periódicos, televisión y radio), ya no es control ni contrapeso del gobierno. Al contrario, en su mayoría solo es una extensión del Poder Ejecutivo, el cual influencia líneas editoriales con la multimillonaria publicidad estatal. Existen excepciones claro, pero poquísimas y con poca influencia.
Por otro lado, el “primer Poder del Estado” como burlonamente lo califica el Presidente #Vizcarra, hace mucho tiempo que no es tal. El gobierno junto con un Tribunal Constitucional en su mayoría servil y convertido en un “Senado de facto” lo ha castrado, obligándolo primero a aprobar “reformas” impuestas por el gobierno bajo amenaza de disolución, después le han eliminado su atribución exclusiva y constitucional de elegir jueces del Tribunal Constitucional y ahora también quieren quitarle su potestad de vacar a un Presidente por incapacidad moral, la cual era la última garantía de la nación para poder quitarse de encima un Presidente delincuente.
Sobre el Poder Judicial no hay mucho que decir, ya hemos visto que bastan algunas amenazas (como revelación de audios o denuncias guardadas) con cargamontón mediático incluido contra jueces, para neutralizar totalmente a este ente. Y de la Fiscalía, ya sabemos claramente su inclinación como brazo legal del gobierno, con cada vez menos excepciones.
Si no fuera por las opiniones de miles de ciudadanos en redes sociales, que aún son pequeñas, y en gran parte están infestadas de trolls oficialistas, páginas y blogs subsidiados de alguna manera por el poder de turno, el control de la opinión pública sería casi absoluto. Sin embargo, igual la lucha es bastante desigual.
¿Democracia real? ¿El pueblo tiene el poder? Lamentablemente, esas afirmaciones cada vez se ven más ilusorias. Ojalá cambie esta situación y aún estemos a tiempo de hacerlo.
