Política

EL GOBIERNO DE PEDRO CASTILLO NO CEDE EN SUS OBJETIVOS

Por: José Antonio Torres Iriarte

El gobierno de Pedro Castillo tiene objetivos políticos de largo plazo y más allá de la designación de un nuevo Gabinete Ministerial, es claro que la supuesta ruptura al interior del grupo parlamentario de Perú Libre, en nuestro concepto responde al desarrollo de una estrategia política orientada a la toma del poder, siguiendo los preceptos del marxismo leninismo. El presidente Pedro Castillo no dudo en respaldar al cuestionado ex ministro de Trabajo- Iber Maraví y no olvidemos que, desde la ciudad del Cuzco, en compañía del expremier Guido Bellido anunció el inicio de la II Reforma Agraria; sin embargo, tres días después sorpresivamente anunció la designación de Mirtha Vásquez como presidenta del Consejo de Ministros.

Considero que la designación del señor Barranzuela, como ministro del Interior demuestra el interés especial del gobierno en obstruir el cumplimiento de la resolución judicial que dispone la detención preventiva de los integrantes de la organización criminal “Los Dinámicos del Centro”, estrechamente vinculada a Vladimir Cerrón y a Perú Libre. Pedro Castillo no milita en Perú Libre y desde el gobierno se ha propuesto organizar su propio partido político, apoyándose en un nuevo gremio magisterial, que fue reconocido oportunamente por el exministro Iber Maraví. El gobierno pretende ganar tiempo y bajo el débil liderazgo de Mirtha Vásquez dar muestras de moderación y supuesta voluntad de diálogo con los diversos grupos parlamentarios y sectores empresariales.

El gobierno no ha desistido de su objetivo central, de impulsar una Asamblea Constituyente y aprobar una nueva Constitución, que responda a la visión política e ideológica de Perú Libre. Pedro Castillo no es un demócrata interesado en impulsar una agenda política consensuada, ni pretende reactivar la economía, alentar la inversión o reducir la pobreza; su gobierno se ha propuesto ganar tiempo, acumular fuerzas y paso a paso ir sentando las bases de un proyecto político autoritario. La designación de Héctor Béjar como ministro de Relaciones Exteriores en un primer momento, demostró la clara importancia que el gobierno le asignaba a una política exterior interesada en liquidar el “Grupo de Lima”, reinsertar al Perú en UNASUR y afianzar los lazos con los gobiernos de Venezuela y Bolivia. Pedro Castillo en su reciente viaje, demostró ante la CELAC, en la Asamblea General de las Naciones Unidas y ante el Consejo Permanente de la O.E.A. que carece de solvencia académica y política.

El Ministerio de Relaciones Exteriores pretende ser convertido en un instrumento político al servicio de una diplomacia presidencial opaca, que no ha dudado en proponer como Embajadores en el exterior a personas sin formación profesional, ni trayectoria política. El gobierno de Panamá no aceptó la propuesta del señor Richard Rojas como Embajador y sin embargo el gobierno de Venezuela la ha aceptado de inmediato; en un contexto de restablecimiento pleno de las relaciones diplomáticas entre nuestro país y la dictadura de Nicolás Maduro. Es bueno recordar que en la ciudad de México, Pedro Castillo, se reunió de manera subrepticia con Nicolás Maduro, sin que Torre Tagle hiciera pública la realización del encuentro; por el contrario fue a través de la cadena chavista Telesur, que el propio Nicolás Maduro explicó los alcances de la conversación sostenida y anunciara el retorno de más de 40 mil ciudadanos venezolanos a su país, dejando de mencionar que la migración venezolana en los últimos años, supera los siete millones de personas, lo que ha representado una verdadera crisis humanitaria en nuestra región.

El actual Canciller Maúrtua de Romaña, siempre ha sido crítico de la dictadura de Maduro, por lo que estimo que siendo coherente debería renunciar, dejando sentada sus diferencias de opinión con respecto al restablecimiento de relaciones diplomáticas con Venezuela y el fin de las funciones de representación del gobierno de Juan Guaidó ante nuestro país. El gobierno de Caracas hoy desafía a los organismos internacionales, que de modo fehaciente le incriminan graves violaciones a los Derechos Humanos, en momentos en los que el gobierno de Maduro no ha tenido reparo en otorgarle la condición de supuesto diplomático al colombiano Alex Saab, recientemente extraditado a los Estados Unidos y sobre el que pesan graves cargos por ilícitos cometidos. El eje Caracas- La Habana y Lima es cada vez más visible; sin olvidar la influencia personal de Evo Morales en un gobierno que de manera explícita respalda el cultivo ilimitado de coca, bajo supuestos propósitos de reivindicar un cultivo ancestral. El narcotráfico y el terrorismo son aliados estratégicos en nuestro país; más aún desde que Sendero Luminoso fuera diezmado, pero no liquidado en los años noventa.

Es muy claro, que el gobierno de Pedro Castillo da pasos seguros y empieza a controlar el Ministerio del Interior, los Servicios de Inteligencia, provoca la renuncia del director ejecutivo de DEVIDA por un lado y a la vez toma el control del Ministerio de Educación, con el señor Gallardo, militante de la izquierda más radical y enemigo del SUTEP. Pedro Castillo no es un estadista, ni pretende serlo; por el contrario, como dirigente sindical es un organizador y agitador por vocación, que en el ejercicio del poder no pretende administrar un país con éxito, sino que tiene claros sus compromisos políticos con el MOVADEF, con las bases magisteriales enemigas de la meritocracia, dispuestas a convertir la labor docente en instrumento de formación ideológica al servicio de un proyecto político autoritario.

El Ministerio Público no ha solicitado la detención preventiva de Vladimir Cerrón, a la vez el ministro Barranzuela (que ha sido abogado del fundador de Perú Libre) no tiene interés en detener a los integrantes de los “Dinámicos del Centro” y por cierto, la alianza Castillo- Cerrón se mantiene vigente; siendo evidente esta afirmación, con el hecho de que el gobierno peruano ha concretado la designación como Embajador (ante Caracas) a una persona del entorno personal de Cerrón. El Perú dejó atrás el sombrío Gabinete Bellido; sin embargo, hoy en nuestro concepto los cambios no son cualitativos, ya que la Presidencia del Consejo de Ministros ha recaído en una militante del Frente Amplio, aliada del gobierno de Martín Vizcarra y tercamente opositora a la actividad minera en nuestro país. Mirtha Vásquez garantiza mejores formas y cierta cortesía, pero no una visión política distinta.

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