Política

ALBERTO FUJIMORI: LA HISTORIA LO ABSUELVE

Por José Romero

Alberto Fujimori, el hombre que salvó al Perú del desastre ochentero está otra vez a sus 80 años en prisión.

Cruel ironía de la vida resultado del odio y mentira de quienes vieron cómo el proyecto de sus camaradas era derrotado gracias a la estrategia de pacificación y desarrollo con la que el Perú volvió a ver la luz.

Este artículo no es una biografía, como las que algunos intentaron difundir con una serie de medio verdades y mentiras. Menos es una evaluación exhaustiva de un gobierno que duró algo más de diez años y reconstruyó el Perú.  Que dejó cientos de kilómetros de carreteras, cientos de colegios, postas médicas y hospitales, miles de kilómetros de conexiones eléctricas, de agua y saneamiento y programas sociales que paliaron el hambre y necesidades de millones de peruanos con los que afrontaron el impacto del sinceramiento de la economía destrozada en los años 80s.

Alberto Fujimori fue un profesor universitario que aprendió en sus años de rector de la Universidad Agraria y luego como Presidente de la Asamblea Nacional de Rectores lo que era lidiar con políticos de todos los colores. Propiamente Fujimori no es un político con formación partidaria y menos con una ideología determinada. Es ante todo un hombre pragmático, lo que le permitió tener colaboradores desde liberales como el finado Carlos Boloña hasta gente de izquierda como los tres ministros que lo acompañaron en su primer gabinete. Ni qué decir de quiénes trabajaron en su gobierno como “técnicos” y hoy son sus acérrimos enemigos profesando “la fe caviar”.

Algunos enemigos políticos lo llaman aún “dictador”. Por supuesto que no lo fue (siendo gobernante fue un hombre que impuso autoridad)  sino vean cuál fue el destino de los golpistas del 13 de noviembre de 1992 o los cientos de terroristas que recibieron drásticas sanciones. Suena irónico escuchar cómo los mismos que “festejaron los indultos de facto” de cientos de terroristas (fueron condenados en primera instancia a cadena perpetua y luego en los gobiernos de Paniagua y Toledo se les rebajaron las penas), se enseñan con Alberto Fujimori y piden que muera en la cárcel.

Fujimori pese a prometer en la campaña electoral de 1990 que no aplicaría un shock supo entender que era la única salida. Hoy confirmamos eso.  Emprendió una drástica reforma económica y el estado dejó de ser “empresario” para convertirse en promotor. Lamentablemente no dio los pasos subsiguientes, aquellos que los entendidos llaman “reformas de segunda generación”.

El Presidente Fujimori recorrió el Perú de norte a sur y de este a oeste. Nunca le gustó el boato ni las reuniones protocolares. Escuchó a muchas personas pero lamentablemente también  escuchó mucho a algunos a quienes no debió escuchar. Incansable trabajador y calculador (como buen matemático) supo tomar decisiones, algunas de ellas criticadas (pero necesarias) como el 5 de Abril de 1992. No le tembló la mano tampoco cuando dio la orden para iniciar la Operación Chavín de Huántar ni cuando dio los pasos conducentes a la paz definitiva con el Ecuador y firmó el compromiso en Brasil.

Priorizó con mucha visión la “siembra de agua” llegando a lugares donde nunca un Presidente había llegado. El destino quiso que aquellos que lo veían desde remotos lugares en un programa televisivo que se transmitía por el Canal del Estado (Concertando) luego lo vieron personalmente. Muchos de ellos aún lo recuerdan con agradecimiento tras 18 años que tuvo que renunciar a la Presidencia por hechos que seguro él explicará en sus Memorias, que según trascendidos prepara con gran entusiasmo.

Como todo ser humano cometió errores. Como confiar en algunos en quienes no debió confiar, romper el equilibrio que había con la presencia del General Hermoza Ríos; buscar una segunda reelección en el año 2000 e irse abruptamente del país ese mismo año luego de su renuncia al cargo, aunque uno se pregunta qué hubiera pasado con su vida si vimos  y vemos cómo sus enemigos de ayer y de hoy persiguieron y persiguen a gente que trabajó con él en base a “teorías” supuestos y mentiras que nunca probaron fehacientemente los cargos imputados (una de ellas risibles como la acusación que se habría llevado al Japón miles de lingotes de oro y millones dólares).

Un gran error, desde nuestro parecer, fue no haber fundado un partido político sólido y con ideología y Programa a largo plazo (aunque Fujimori demostró con hechos que más que papeles mojados en tinta lo que el Perú necesitaba trabajo incansable como el que él realizó). Sin ese partido su legado (lo que llamamos “fujimorismo”) navegó en un mar borrascoso pero nunca murió ni morirá (creo).  Quizás su destino sea integrarse en una corriente mayor que será la que deba afrontar la vuelta al desarrollo y real transformación de nuestra Patria.

Sólo Alberto Fujimori podrá explicar qué lo llevó a regresar al Perú vía Chile, sabiendo que en el vecino país gobernaba una izquierdista formada en el comunismo cerril de la ex RDA. Quizás fue un error de cálculo que dejó inconcluso el camino del regreso que ya había iniciado con sus comunicaciones radiales en Radio Miraflores a través “La Hora del Chino”.

Fujimori fue extraditado de Chile, luego juzgado y condenado por crímenes que no cometió; sin embargo la “historia oficial” así lo consigna, historia escrita por quienes avalaron e incluso fueron parte como actores directos o cómplices del terror genocida. El Presidente Fujimori hizo una histórica defensa donde se declaró INOCENTE y se sometió, errónea e innecesariamente a un juicio político que ya tenía sentencia escrita desde un inicio.

¿Qué decir del indulto del 24 de diciembre de 2017? Justo y necesario pero que se logró con formas indebidas que terminaron de romper el fujimorismo. Error de su hijo y congresista suspendido, Kenji y también error de su hija Keiko y de Fuerza Popular que tal vez no lucharon por su libertad adecuadamente.  Viendo las cosas cómo se plantearon luego, quizás Alberto Fujimori pudo hacer más para mantener dentro de Fuerza Popular diversas alas como las que representaron en su momento su propio hijo Kenji.

 

“La historia me absolverá” dijo el  dictador Fidel Castro en 1953. Por supuesto que no lo absolverá sino miren lo qué es Cuba hoy tras 60 años de castrismo. Creemos por otro lado que la HISTORIA SI HA ABSUELTO al Presidente Fujimori. El Perú del 2019 no es el desastre que era en el año 1990, año que Fujimori asume por primera vez el gobierno. Lamentablemente en los últimos 7 años y más estamos en proceso de retroceso y en modo de “piloto automático”.

Creo que hay una justicia divina y también humana que deberá actuar para que el Presidente Fujimori salga en libertad gracias a un justo indulto que ha sido negado, acto que deberá ser revisado y revertido.

2 Comentarios

  1. Muy interesante y muy cierto el comentario de JOSÉ ROMERO…gracias al señor ex Presidente del Perú ALBERTO FUJIMORI y a la Constitución de 1993, el Perú tiene una de las mejores economías en Sudamérica…!!!!!

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