Señor y Padre nuestro, este año las calles de Lima lucirán desoladas en octubre,
tus fieles devotos sentirán el desamparo de la soledad,
la peste impide que salgan las multitudes a saludarte,
Hay otras formas de llevarte por calles y plazas, en un vehículo, sin tumulto, incluso más lejos, pero no será así.
No quieren que así sea. Una vez más el juicio de los hombres te condena.
Tú, que eres patrón de esta ciudad y dueño de sus calles permanecerás cautivo.
Perdona Señor a quienes te mantienen en cautiverio y no te dejan recorrer las calles de tu ciudad,
te esperamos con más ilusión que nunca, hoy que tu pueblo sufre,
te esperamos para recibir tu bendición, para implorar tu misericordia, te esperamos Señor…
Perdona a quienes te impiden sin motivo que te encuentres con tus hijos.
Y perdona también a los doctores de la ley que te confinan al convento, lejos de tu pueblo
Perdona al Pastor que también nos ha abandonado y que al parecer no confía en Ti ni en tu poder de sanación, precisamente ahora en tiempos de pandemia
Vuelves a vivir encierro la víspera de tu pasión y la pasión de millones de peruanos que sufren dolor, abandono y enfermedad,
miles de peruanos que son privados de tu asistencia y presencia que sana,
¡Perdónalos Señor!… a pesar de que si saben lo que hacen.
Portemos todos un detente del Señor de los Milagros. No salgamos de casa sin uno, y reparemos desde nuestra pobreza. Tal vez si todos mis unimos en esta intención, el Señor nos haga el milagro de ver agotarse el material genético del virus con corona