Cultura

UNA IDENTIDAD MESTIZA

Por: Matías de Dompablo

“Es la tierra del Inca que el sol la ilumina porque Dios lo manda; y es que Dios a la gloria le cambió de nombre y le puso Perú”.

Hoy comienzo citando estos versos, compuestos por nuestro gran Polo Campos e inmortalizados por la voz del icónico ‘Zambo’ Cavero y la impecable guitarra de Oscar Avilés. Los traigo conmigo porque en estos encontramos una realidad propia del Perú, de nuestra identidad.

Primero se hace referencia a una cultura autóctona, propia del mundo andino y de lo que era el Perú antes de tener este nombre. La tierra del Inca, del imperio más grande que ha visto el continente; de nuestros antepasados.

Pero inmediatamente después, cantamos una de las frases más célebres de la música criolla: “el sol la ilumina porque Dios lo manda; y es que Dios a la gloria le cambió de nombre y le puso Perú”. Es decir, que el Dios que no conocíamos hasta antes de la llegada de nuestros otros antepasados, los que venían del imperio en donde el sol nunca se ponía, es quien engrandece nuestra nación.

Es, sin lugar a dudas, una de las canciones que más sentimientos despiertan en los corazones peruanos, junto con otras como “Contigo Perú”, “Todos vuelven” o “El Plebeyo”.

Es precisamente esta última la que mi abuelo, barítono español que se enamoró del Perú y de una peruana, señalaba en vida como el segundo himno del Perú. Nunca se cansó de decir que es la composición que refleja la identidad del peruano, de ese mestizaje cultural que tanto ha enriquecido nuestra historia, y de ese espíritu incansable ante la adversidad e intolerante ante la injusticia.

Ser conscientes de la mezcla de culturas que componen nuestra identidad hoy en día – donde debemos incluir a la oriental – es de suma importancia para construir Estado de la forma correcta, de abajo hacia arriba.

No podemos ceder intelectual y culturalmente ante leyendas negras – ni rosas – sobre nuestra historia. No debemos avergonzarnos por los actuares del pasado; sino, estudiarlos, analizarlos y comprenderlos como parte de nuestra memoria colectiva. Lo que sí debemos hacer es indignarnos con aquellos que quieren rescribir todo lo anterior, impregnándolo de carga ideológica, trasgrediendo quiénes somos.

Nosotros somos un gran país, con todo lo que esto involucra. Y aunque hay mucho que mejorar, no debemos negar nuestras raíces, debemos abrazarlas. No olvides que tanto tú como yo podemos decir con total y profunda seguridad: “Yo también me llamo Perú”.

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