Por: María Ximena Rondón
Cada día que pasa trae consigo una nueva marcha. Ya sea en Lima o en provincia. Cada día trae consigo nuevas manifestaciones de violencia y más miedo.
Cada día aparenta ser más difícil de soportar, especialmente por la cantidad de absurdos entre los manifestantes (que son unos tontos útiles a sueldo de unos 80 soles diarios según reportes de Inteligencia).
Vivimos un caos desatado por la izquierda para dividir y apoderarse del país. Un caos donde los derechos humanos son la carta blanca para que los manifestantes realicen todo tipo de actos de violencia, así como a los niños a veces se les deja elegir y hacer todo lo que quieran.
Pero ¿saben una cosa? Si no viviéramos esta barbarie, no podríamos conocer la verdad.
No conoceríamos las verdaderas intenciones de ambición y violencia de ciertas políticas de izquierda a las que les faltan dos dedos de frente (aunque los tenga físicamente). Pues es muy fácil decir que las protestas pacíficas no son efectivas desde un Iphone. O cuando el local de tu partido fue incautado con material subversivo.
No conoceríamos el manejo sucio del dinero, se aprovechan de la gente ignorante para que sirvan como peones y ejecuten todas las acciones deplorables. Ellos avanzan primero en este tablero de ajedrez desplegado en nuestro país bajo la consigna del dinero. Si realmente existiera una preocupación verdadera por las condiciones de vida de esas personas, no los habrían dejado a su suerte al momento de regresar a su tierra.
No conoceríamos la invasión de los bolivianos a nuestro territorio y sus intenciones para perjudicar a la patria. Esta es una afrenta de la que las fuerzas armadas tienen que ocuparse.
No conoceríamos que la izquierda busca desesperadamente un muerto para utilizarlo políticamente como el mártir de las protestas y la violencia iniciada y promovida por ellos. El mismo Aníbal Torres dijo que “correría sangre”. Pues aquí la tenemos y ya sabemos lo despreciable que puede ser esa gente.
No conoceríamos que, según Inteligencia, entre los manifestantes hay infiltrados del Movadef, de Sendero Luminoso y del MRTA. Y es importante recordar que los terroristas son expertos en mentir. No tienen escrúpulos y ya no podemos ser tan ingenuos.
No conoceríamos la verdadera cara de los defensores de los derechos humanos. Se dedican a condenar a quienes ponen orden y dan seguridad al país y a defender a quienes han bloqueado carreteras (y hay gente que murió por culpa de ello), han invadido aeropuertos, han destruido la propiedad pública y privada, han matado animales y puesto sus cabezas en los bloqueos, han secuestrado policías, han quemado vivos a policías, han quemado e intentado quemar casas de gobernadores regionales y que han amenazado y atemorizado a la población. Parece que esos son los únicos derechos humanos que importan. Igual sabemos que estos defensores de los derechos humanos jamás perdonarán que las fuerzas armadas derrotaran a nivel bélico a los terroristas. Es hermoso recordárselo de vez en cuando.
No conoceríamos que todo esto es un berrinche. Recordemos que Guillermo Bermejo dijo que si tomaban el poder “no lo vamos a dejar”. En ese sentido, muchos amigos y familiares de Pedro Castillo, así como de otros partidarios de Perú Libre y demás joyas de la izquierda ingresaron a puestos públicos donde se ganaba un buen sueldo. Está claro que de ganar un salario patético a pasar a ganar miles de soles no van a querer dejarlos tan fácilmente.
Porque es muy difícil soltar el botín y todo esto es un berrinche a gran escala porque no los dejan chupar la plata del Estado como los parásitos que son.
Esta gran pataleta se apoya en el lavado de cerebro de que Fujimori y sus partidarios son los únicos villanos posibles, en los complejos sociales, en los resentimientos y en la mediocridad.
Obviamente somos conscientes de que nuestro país tiene grandes problemas como la desigualdad social, la pobreza, la discriminación, etc. Pero si existiera una preocupación sincera por mejorar la calidad de vida de todos los peruanos sin importar su condición, no se estarían realizando estas protestas, ni ese nivel de violencia ni esa corrupción.
Así que sigan marchando queridos manifestantes. Que sigan las protestas porque en algún momento el dinero que las financia se acabará. La gente que han contratado se cansará. Y todos ya sabremos la manipulación del progresismo y la izquierda. Conoceremos hasta donde llega su vileza y ansia de poder. Sabremos que ellos son lo peor del país. Nos están haciendo un gran favor porque ya sabremos quienes son en realidad.
Pues habría que empezar llamando a esas compatriotas cómo lo que parece que son desde el principio, personas sin empleo, que quien sabe, han dudo vilmente engañadas, que no han recibido ningún beneficio de sus gobiernos regionales, en ninguna forma, quienes son incapaces de ejecutar 50% del presupuesto asignado y en lugar de dejar la mamadera por incapacidad, y antes que los saquen sacuden la tarjeta que dice Lima ante las gentes y sabe Dios, con qué dineros pagan ahora “masa laboral”. Hay que decir que los señoritos titulados en comunicaciones en la expucp son parte del problema porque difunden la narrativa de sus smos y repiten como papagayos ‘protesta” y “pacífica” juntos cuando solo hay caos y destrucción a su paso.