
Por: Carlos Vermejo
Hoy conmemoramos el 406 aniversario de la muerte de nuestra Santa Patrona Rosa de Lima, parece ayer cuando asistí al triduo que el arzobispado de Lima organizó para conmemorar los 400 años de su muerte, fueron tres días en el auditorio del colegio San Agustín donde desfilaron grandes historiadores, teólogos y autoridades eclesiales con diversas ponencias resaltando diferentes aspectos y detalles de su vida.
Bueno lo primero que su nombre no era Rosa, sino que nació con el nombre de Isabel Flores de Oliva, pero como su tez era rosada y además era muy bella, todo el mundo le llamaba Rosa desde pequeña y fue Santo Toribio de Mogrovejo quien la confirmó con dicho nombre. Cabe destacar que en los tiempos en los que vivió Santa Rosa, en una ciudad de Lima con 25,000 habitantes, también vivieron otros santos como San Martín de Porres, San Juan Macías y San Francisco Solano.
Santo Toribio de Mogrovejo al ser mayor dio la catequesis y los sacramentos a Santa Rosa. Él era todo un personaje, gran estudioso de la Universidad de Salamanca, la mejor del mundo de aquella época, de la cual llego a ser profesor de derecho. En suma, una persona muy preparada y estudiosa, destacada incluso en su aprendizaje de las lenguas nativas del quechua. Su labor de promoción de la evangelización en ese idioma la desarrolló en conjunto con la impresión de catecismos en castellano, quechua y aimara; y con la apertura de la facultad de lenguas nativas de la Universidad de San Marcos.
En Rosa lo primero que sutilmente se destaca es que ella era una laica consagrada, viviendo en el mundo, aunque no era del mundo, y desde estas épocas nos da el claro mensaje de que también los laicos estamos llamados a la santidad. También destaca que ella era de la orden terciaria de los dominicos, es decir, que siendo laica participaba de una jerarquía religiosa, lo que también nos cuestiona sobre las diferentes formas como los laicos pueden trabajar en las tareas de la salvación y personalmente me hace reflexionar sobre el aspecto especial de organización con laicos de las prelaturas personales, que pareciera que hoy en día no se está comprendiendo muy bien.
Lo siguiente en Rosa muy importante es su trato personal con nuestro Señor, Rosa mantiene una vida contemplativa continua y periódica de trato personal con su esposo, nuestro Señor. El amor de Dios se refleja en ella, y acrecienta su fe, su esperanza y su caridad, que la experimentan sus contemporáneos en su trabajo arduo por servir, para atender enfermos y llevarles no solo la palabra de Dios sino también su cariño, su amor, la combinación perfecta como diría San Francisco, Oración y acción.
Santa Rosa de Lima, no solo ha sido grande en vida, sino incluso después de muerta, ha prodigado diversos milagros en favor de la ciudad de Lima y del Perú, es Patrona de una gran cantidad de instituciones, destacando la de nuestra policía nacional que tiene por lema “El Honor es su divisa”, honor que se traduce en Sacrificio, Lealtad, Austeridad, Disciplina, Abnegación y Espíritu benemérito, valores que compartimos con la Policía Española, por cierto. Santa Rosa es también patrona de las enfermeras del Perú, patrona de América, las Filipinas y las Indias Occidentales, patrona de la Casa Real de Araucanía y Patagonia y de múltiples ciudades en toda América e incluso de España y Bélgica.
Santa Rosa es una Santa de primer orden, su vida es ejemplo de la grandeza de nuestra patria, mujer bella en cuerpo y alma, un ser que nos muestra que podemos ser santos ahí donde nos encontremos, siendo laicos en nuestro trabajo ordinario y sirviendo a los demás. Ella es el verdadero orgullo del Perú.
Es así Santa Rosa de Lima que te pedimos, en esta hora en que nuestra Patria parece desbordada por el odio y la división, y que pareciera que el enemigo del hombre nos tuviera ya en sus manos, intercede por nosotros a nuestro Señor para que una vez más, tengamos un milagro y pueda nuestra Patria unirse en ese amor de Dios, recuperar el orden y la sensatez y nos permita que siempre sea realidad la letra de nuestro himno, “somos libres, seámoslo siempre”.