Por: María Ximena Rondón
A inicios de esta semana, la Princesa de Gales, Kate Middleton, publicó un video donde mencionaba que había culminado su proceso de quimioterapia y que su condición era de vigilancia ante cualquier complicación de su recuperación del cáncer. Las imágenes también mostraban a su esposo, el Príncipe Guillermo y a sus tres hijos pequeños, pasando buenos momentos en familia y gestos de amor y apoyo conyugal, al contrario de lo que sugería la prensa amarilla sobre la crisis matrimonial entre ambos.
El caso de Kate Middleton ha demostrado cuán lejos puede llegar el “Cuarto Poder” para conseguir aquellas jugosas primicias y dar cuentos a la población, los cuales ilusamente son aceptados como la historia oficial pese a ser una distorsión de la realidad.
Desde que se sometió a una operación abdominal en enero y se apartó del ojo público para poder recuperarse, la Princesa de Gales ha sido cuestionada, acosada y soportado un cargamontón sobre su paradero y condición por la prensa amarilla y varios usuarios en redes sociales. Lo peor han sido las teorías de la conspiración que pueden calificarse de maldades tras el anuncio que realizó Kate Middleton el pasado 22 de marzo sobre su tratamiento contra el cáncer.
En el comunicado emitido tras la cirugía de la princesa se aclaraba que ella retomaría sus funciones como miembro trabajador de la Familia Real Británica después de Pascua, pero parece que ese plazo no le importó a la opinión pública, ya que empezaron a surgir los rumores de que en realidad no se trataba de una operación, sino de una coartada para una presunta crisis matrimonial entre los Príncipes de Gales y se llegó a traer a colación a la supuesta amante del Príncipe Guillermo, Rose Hambury. Otras teorías abarcan desde el secuestro de la princesa para silenciarla hasta el internamiento en un centro psiquiátrico por un intento de quitarse la vida.
En un movimiento por realizar una “aparición pública” con el fin de mostrar que la princesa estaba “viva”, el pasado 10 de marzo, con ocasión del día de la Madre, la Princesa de Gales publicó una fotografía junto a sus tres hijos con un mensaje especial. Pero, eso no fue suficiente para el público y menos aún para la prensa.
Muchos autoproclamados “verificadores” en redes sociales comenzaron a esparcir la noticia de que esa foto estaba editada y que se sería un montaje. La prensa tomó esta “información” y en un cargamontón mediático llegaron hasta retirar esas fotos, sobre lo que habían publicado artículos, y a “denunciar” que era una foto falsa. Esta situación llevó a que la princesa se disculpara en sus redes sociales, alegando que ella también “experimenta con la edición” y la fotografía.
El hecho de tener que disculparse, me parece un arrinconamiento terrible de la prensa hacia la princesa y una falta de respeto, especialmente teniendo en cuenta hasta ese momento que estaba en un proceso de recuperación.
Posteriormente, salió un video de Kate y William paseando en una feria local, donde se la podía ver caminando con tranquilidad. Una vez más, los influencers y la prensa empezaron a especular si en realidad se trataba de una doble y hasta analizar la decoración del lugar.
Todo este cargamontón mediático tuvo su desenlace en el anuncio que realizó la Princesa de Gales sobre su estado de salud.
“En enero me sometí a una cirugía abdominal importante en Londres y en ese momento se pensó que mi condición no era cancerosa. La cirugía fue exitosa. Sin embargo, las pruebas posteriores a la operación encontraron que había cáncer. Por lo tanto, mi equipo médico me recomendó que me sometiera a un tratamiento de quimioterapia preventiva y ahora me encuentro en las primeras etapas de ese tratamiento”, indicó la princesa en el video.
“William y yo hemos estado haciendo todo lo posible para procesar y gestionar esto de forma privada por el bien de nuestra joven familia. Como pueden imaginar, esto ha llevado tiempo. Me ha tomado tiempo recuperarme de una cirugía mayor para poder iniciar mi tratamiento. Pero, lo más importante, nos ha tomado tiempo explicarles todo a George, Charlotte y Louis de una manera apropiada para ellos, y asegurarles que voy a estar bien”, concluyó.
Lo que resulta indignante es que ahora el mundo se ha vuelto comprensivo y empático tras el anuncio de la princesa, cuando debieron actuar así desde que salió el comunicado del Palacio de Kensington pidiendo respeto a su privacidad.
Este tema debería hacer que la prensa, los influencers y la opinión pública recapaciten sobre la invención de bulos delirantes y que su contenido puede afectar a una familia y a una persona, pues tener que lidiar con un diagnóstico como el cáncer y con un cargamontón mediático no es sano ni humano.
Incluso en medio de la recuperación de la princesa, esta joven familia ha tenido que aclarar varios puntos a través de un video respecto a su matrimonio y revelar parte de la privacidad que esperaban mantener. Hay una gran falta de empatía del público ante una persona que estaba luchando, y con miedo, contra una enfermedad terrible.
Esperemos que la Princesa de Gales se recupere y que cese el cargamontón mediático, que no hace más que desprestigiar la función principal del periodismo: informar con la verdad.
Pues ellos lo buscaron, han permitido que los medios se inmiscuyan en sus vidas, ha escrito un libro con infidencias de la familia real y hasta un podcast ¿qué quería? ¿qué esperaba?