La primera noticia nos pareció un chiste de mal gusto, pero va en serio y ya tenemos la mascota que representa al Vaticano, a la Santa Sede, en la Expo de Japón de 2025. En horas 24 la red se ha llenado de comentarios que mejor eludimos por respeto a nuestros lectores. Se llama Luce y es de Simone Legno, un diseñador italiano cuya marca es pro-LGBT y fabrica productos con motivos astrológicos y ocultistas. Colabora con varias marcas del mundo de la moda y también hace dibujos de temática nudista. Creador de Tokidoki, su empresa promueve el mes del Orgullo. No hay nada más católico que un niño con pelo azul, un rosario de arcoíris y un bastón de dos puntas. ¿Es está la nueva cara del nuevo Vaticano? Nos explican que los ojos brillantes con conchas, evocan la vieira del Camino de Santiago, el impermeable hace referencia a la bandera vaticana y a las tormentas de la vida, las botas embarradas que representan el largo y difícil camino del peregrino y el bastón que simboliza la peregrinación hacia la eternidad.
El eterno arzobispo Rino Fisichella, encargado del jubileo, comentó que Luce forma parte de los intentos del Vaticano por acercarse a «la cultura pop tan querida por nuestros jóvenes». La mascota hará su primera aparición en la convención Lucca Comics and Games, lo que representa la primera vez que un dicasterio del Vaticano participa en un evento de cómics. Esta cosa estará en el pabellón de la santa sede en la Expo de Osaka junto con El entierro de Cristo de Caravaggio, ni más ni menos. El creador de este personaje: “Luce puede representar los sentimientos que resuenan en los corazones de las generaciones más jóvenes”. (…) Estoy muy agradecido al Dicasterio para la Evangelización por abrir sus puertas también a la cultura pop”. Luce ni viene sola y tiene una pandilla que son Fe, Xin y Sky. Si el pasado y lo rancio es Caravaggio y lo moderno es Luce y compañía, nuestra imagen de hoy, la elección es muy fácil.
Empezamos con las repercusiones sinodales con Joshua Mcelwee en Reuters: «Tras una cumbre vaticana sobre el futuro de la Iglesia católica que terminó sin ninguna reforma importante, el Papa Francisco se enfrenta a preguntas sobre si sus once años de papado se están agotando. Invirtió cuatro años en la preparación del Sínodo de Obispos, que no produjo ninguna acción concreta en temas como la ampliación del papel de la mujer en la Iglesia. «Parte de lo que estamos viendo es que la novedad del Papa Francisco está desapareciendo». Marianne Duddy-Burke, directora ejecutiva de DignityUSA, un grupo que apoya a los católicos LGBTQ, dijo que el texto era «insuficiente para abordar el daño pastoral y doctrinal que la Iglesia está haciendo a las personas LGBTQ+ y a nuestras familias». El Papa Francisco no tiene programadas otras cumbres importantes ni viajes al extranjero este año, y su agenda para 2025 estará repleta de actos y reuniones con motivo del Año Santo.
El documento sinodal genera descontento entre las minorías más activas y no se callan. La teóloga Mirijam Weijlens habla de la necesidad de una “reconfiguración sinodal” de la Iglesia, con cambios en el derecho canónico que tengan como objetivo crear estructuras permanentes. Radcliffe, “no debemos desanimarnos. Ahora nos reunimos en la mesa y las intervenciones se intercalan con las llamadas «conversaciones en el Espíritu. Se está desarrollando una nueva eclesiología en la que todos participan pero que aún necesita el apoyo del clero». Incluso Radcliffe llega a afirmar: “El cardenal Ambongo confirmó que el excepcionalismo africano es un ejemplo de sinodalidad. Y subrayó que unidad no significa uniformidad. El Evangelio está inculturado de manera diferente en diferentes partes del mundo”. El problema es que muchos de los debates intelectuales que el Sínodo quiere absorber no abordan la cuestión de la gran crisis de fe que estamos viviendo. En cuanto a la pastoral de los últimos y a la responsabilidad, olvidamos que todo comienza con la fe en Jesucristo. El sacerdocio es visto como una función y no como un sacramento, como lo son las funciones episcopales e incluso el cardenalato.
El cabreo se nota y vamos caminando hacía el pontificado fallido. El Papa Francisco rara vez ha reunido a cardenales para discutir temas importantes en la Iglesia. Lo hizo tres veces: una para hablar de la Familia, una segunda para discutir una posible reforma de la Curia y una tercera para tomar nota de la reforma de la Curia cuando ya estaba decidida. El Papa Francisco ha alejado a los cardenales del centro de las decisiones, mirando alrededor del mundo como para aumentar la representación geográfica. ¿Quizás la Iglesia dirigida por el Papa Francisco es incapaz de escuchar el grito de los últimos? No es casualidad que el Papa Francisco haya mantenido largas conversaciones con Eugenio Scalfari, fundador del periódico de izquierda La Repubblica y epónimo del pensamiento ateo italiano, aceptando incluso que Scalfari informó de forma inexacta las conversaciones. No es casualidad que el Papa incluso nombrara como modelo a la líder radical Emma Bonino, quizás sin saber que Bonino era quien practicaba abortos clandestinos cuando, en Italia, estos no estaban permitidos bajo ninguna circunstancia por la ley.
Ayer, el Papa Francisco recibió una delegación de la Casa de la Familia Abrahamica, un complejo interreligioso en el distrito cultural Saadiyat de Abu Dhabi, en los Emiratos Árabes Unidos, que alberga, en la misma estructura, una mezquita, una iglesia y un sinagoga. Nació tras el Documento sobre la fraternidad humana, firmado por el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar, para poner en marcha «esfuerzos comunes» para promover una cultura de «fraternidad, diálogo y entendimiento». El Papa Francisco agradeció a la delegación por sus esfuerzos para «hacer realidad las aspiraciones del Documento sobre la fraternidad», es decir, «la paz y la convivencia globales».
Otro interesante artículo entra en la afirmación hace unos días del Papa Francisco en la asamblea sobre las desigualdades celebrada en la basílica de San Juan de Letrán: «¡Y por favor, no digamos que los curas, las monjas que trabajan con los pobres son comunistas! Por favor, esto todavía se dice». La pregunta es si alguien, a estas alturas de la historia se puedan creer seriamente que quienes ayudan a los pobres son comunistas y sobre todo que el comunismo alguna vez han ayudado a los pobres. Esto parece menos una defensa de los sacerdotes y monjas que trabajan con los pobres que una autodefensa (con relativa absolución, que a nadie se le niega) contra quienes acusan al Papa Francisco de ser comunista. En la entrevista a la agencia Télam: «a veces, cuando me oigo decir las cosas que escribí en las encíclicas sociales, dicen que el Papa es comunista. No es así. El Papa toma el Evangelio y dice lo que dice el Evangelio”.
La Rerum novarum define el socialismo como un «falso remedio» y demás que «no hace más que perjudicar a los propios trabajadores y… injusto por muchas razones, ya que altera los derechos de los legítimos propietarios, altera las competencias de las oficinas del Estado , y arruina todo el orden social». El distanciamiento de la doctrina social tradicional es aún más evidente en la referencia, nuevamente en Fratelli tutti , al principio de subsidiariedad, que está totalmente tergiversado. Si el Papa Francisco realmente quisiera distanciarse del comunismo, tal vez hubiera hecho mejor no definirlo como «un lindo programa»en el compromiso de los representantes del Grupp Dialop (Proyecto de Diálogo Transversal) para la promoción del bien común a través del diálogo entre socialistas-marxistas y cristianos.
La película ‘Espero el paraíso’, del director Daniele Pignatelli, cuenta una historia real promovida por la Fundación Ópera Don Bosco. Ciro, Giuseppe y Cristian están en una celda de la prisión de máxima seguridad de Opera, en la provincia de Milán, acusados de asesinato. Los tres fueron elegidos entre 1.300 prisioneros para elaborar, con las manos manchadas de sangre, hostias que luego fueron consagradas en iglesias de todo el mundo, convirtiéndose así en el cuerpo de Cristo. Con ‘Espero el paraíso’ pretendemos ir más allá de los barrotes e intentar pintar cuál debe ser el camino de cada preso y el derecho y el deber de conceder una nueva ‘oportunidad’ a quien ha cometido un error.
Y terminamos con los amigos de Populus Summorum Pontificum que ha reunido en Roma a fieles de todo el mundo vinculados al antiguo rito que está más vivo que nunca. La peregrinación fue precedida por el IX encuentro de Pax Liturgica , que tuvo lugar el 25 de octubre en el Augustinianum, en presencia de los cardenales Gerhard Ludwig Müller y Robert Sarah y de mons. Elegante. Por la tarde, comenzó oficialmente la peregrinación con las vísperas en la Basílica de Santa María de los Mártires (Panteón) oficiada por Mons. Elegante. El sábado por la mañana tuvo lugar la imponente procesión que partió de la Basílica de los Santos Celso y Julián hacia San Pedro. Abrió el encuentro Rubén Peretò Rivas, director del Centro Internacional de Estudios Litúrgicos: «Somos, sencillamente, católicos que han comprendido que la solución a la crisis de la Iglesia es dejar de lado la comida inconsistente que ha matado de hambre y debilitado a la ecúmene en los últimos cincuenta años, como lo demuestran todos los indicios sociológicos, y volver a la comida sustanciosa que ha nutrido abundantemente a la Iglesia. durante casi dos mil años». Müller recordó la responsabilidad de los pastores de transmitir el depositum fidei sin ceder a las modas. La infalibilidad del Papa está ligada a esta tarea, contra la falsa acusación protestante que confunde infalibilidad con arbitrariedad. No «guardianes de museos», sino «creyentes unidos a Jesús por una amistad personal».