Por: Martha Meier M.Q.
La ‘ideología de género’ es una creación del socialismo del siglo XXI, es decir, de los intérpretes postmodernos del marxismo. Los socialistas y comunistas, huérfanos de ideas desde la caída del muro de Berlín, se aferran a ese tema, sin asidero biológico ni lógico, porque no tienen nada más. El asunto ya bordea la locura cuando una profesional de la salud “trans” dice que: “Desde la matriz buena parte de los niños conoce su identidad de género”. Así lo informa en el Panam Post la periodista Mamella Flor Fiallo, y añade que quien los “declara es una psicóloga en el canal de YouTube del Boston Children’s Hospital. Aunque el video fue eliminado, el Daily Mail logró capturarlo y está disponible en su página web”. Increíble, la misma pogre-mugresía que promueve el aborto porque el niño por nacer “no es un humano”, sostiene ahora que tiene conciencia.
Como escribe Javier Benegas “Nos enfrentamos a un nuevo y temible totalitarismo, una ideología invisible, líquida y polimórfica que desborda las tradicionales fronteras ideológicas que apela a las emociones y no a la razón, que promete proporcionar aquello que cada uno desee, aunque sea una identidad imposible”. En esa identidad imposible se incrusta la ideología (más bien idiotología) de género, trasplantando la lucha de clases al género-feminismo, con un mejunje filosófico, politológico y sociológico que no resiste el más mínimo análisis.
Y esos se sienten ofendidos cuando se dice que se es mujer por biología y no por ideología, al igual que lo es el hombre, como lo ha sido a lo largo de toda la historia humana en la que solo han existido dos sexos: hombre y mujer, distintos en anatomía, hormonas y genes. Y pese a los prejuicios y peligros de cada época vivieron según su inclinación sexual. Allí está la granpoeta Safo de Mitilene (VII-VI a. C.), afincada en la isla de Lesbos, escribiendo: “Para las bellas/-para vosotras-/mi pensamiento/nunca es mudable”. También el notable naturalista Alexander von Humboldt que realizó el gran viaje a América con su compañero, el botánico Aimé Bonpland, y en este continente se embelesó con el quiteño Carlos Montúfar, al punto que en carta del sabio José de Caldas a José Celestino Mutis, este le dice que Montúfar era el “adonis” de Humboldt. Y como ellos muchos otros, sin negar su biología.
El billonario lobby LGTTTBIQ quiere imponernos a la fuerza la mentira de que existen 27 géneros. Llaman discriminador o acosador a quien se opone a esa histeria. Pretenden generarnos culpa para que abracemos su tiranía del pensamiento y aplaudamos aberrantes nuevos derechos y abominaciones en la educación de los niños.
Nadie está en desacuerdo en que cada quien viva su sexualidad como le plazca, si aquello no daña a nadie. Pero otra cosa es insultar la inteligencia de quienes no queremos ser manipulados.
