Miscelánea

HOLA, INTEROPERABILIDAD, NO SABÍAMOS QUE TE ESTÁBAMOS ESPERANDO

Por: Yvan Namoc Medrano*

La palabra “interoperabilidad” es definida por la Real Academia como la habilidad de dos o más sistemas o de sus componentes para utilizarse de forma conjunta e intercambiable. Esta es la categoría que se ha empleado para englobar la primera iniciativa de interconexión de pagos minoristas de nuestro país, incluyendo a entidades financieras, billeteras digitales, plataformas de pago, sistemas de compensación, fintech y emisores de dinero electrónico.

Como resultado de este proyecto, podemos pagar desde cualquier entidad o servicio de banca móvil donde tengamos nuestro dinero, independientemente del banco, caja municipal, financiera, o billetera digital que utilice el destinatario. Por ejemplo, si recibes tu sueldo en el banco “X”, puedes transferir una suma de dinero determinada a un familiar, sin que sea un impedimento que el receptor utilice la billetera digital del banco “Y” para manejar su dinero.

Lo más importante de la interoperabilidad es que incluye no solamente a entidades financieras, sino también a proveedores de pago, los que se encontraban limitados a atender compras con tarjetas de débito o crédito, y que venían realizando desarrollos individuales por cada entidad financiera con la que querían realizar operaciones. Por lo que, continuando con el ejemplo anterior, con esa misma suma de dinero es posible pagar, desde la aplicación de cualquier billetera electrónica, leyendo el código QR instalado en el mostrador de una librería, a una compañía de pagos X, Y o Z. Todo en cuestión de segundos, sin costos adicionales y sin que todos tengamos que utilizar el mismo banco, billetera, o medio de cobranza.

En un entorno de pagos interoperable se favorece la bancarización e inclusión financiera, lo que beneficia tanto a los medios de pago como a los usuarios: al eliminar las limitaciones entre plataformas se incentiva el uso de pagos digitales, masificando los micropagos, incrementando la demanda de servicios financieros básicos y, posteriormente, la utilización de productos más complejos.

Regresando a nuestro ejemplo anterior, si una librería solamente recibe efectivo, es muy probable que venda menos que la librería vecina que cobra la compra de cuadernos, útiles de escritorio, copias e impresiones a través de pagos con un código QR.

El Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) ha liderado este gran proyecto, definiendo las pautas para su funcionamiento en cuatro etapas, desde finales de 2022 hasta el presente año. Así, la noticia resonó cuando, a inicios de 2023, los dos principales medios de pago digitales de nuestro país (Yape y Plin) pudieron realizar operaciones entre ellos como parte de la Fase I.

Las siguientes etapas han sido hitos con menor publicidad, pero con una ejecución y cumplimiento relevante por parte del resto de las entidades. En la Fase II se incorporó las transferencias inmediatas; en la Fase III, la generación de cuentas de dinero electrónico y; en la Fase IV, pagos a fintechs y minoristas, la que culminó hace algunas semanas.

Esta semana, el Banco de la Nación recibió la aprobación de un préstamo de 40 millones de dólares por parte del BID, fondos que serán utilizados para aumentar las capacidades de esta entidad, a efectos de implementar nuevos productos digitales y mejorar la interoperabilidad de sus servicios. Y así como ocurre con el Banco de la Nación, en el corto plazo vamos a ver una mayor competencia y desarrollo del sector de pagos en: a) cooperativas y fintechs, con la oportunidad de ofrecer sus productos y servicios a nivel nacional; b) la banca tradicional, con el reto de continuar innovando en soluciones y servicios; c) las cajas municipales y financieras, buscando diferenciarse incrementando sus capacidades digitales; y d) proveedores de pagos extranjeros empezando operaciones en el Perú, ofreciendo servicios competitivos.

Ayer, en un bus de servicio público, encontré un código QR pegado cerca al chofer con el mensaje: “Pagos con QR una cuadra antes de bajar”, reemplazando el antiguo: “Pague con sencillo y avise una cuadra antes de bajar”. La interoperabilidad ha llegado para quedarse. Dependerá de nosotros aprovechar la oferta de servicios y productos que se generen a partir de ahora.

 

 

* Profesor del Departamento de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Católica San Pablo CEE

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