Por: Juan Luis Vásquez Budge
Alguien que está pasando desapercibida, es la ex ministro de salud Elizabeth Hinostroza. Su Plan Nacional para el manejo del COVID-19, que fuera anunciado con bombos y platillos por Vizcarra, PRIORIZABA LAS PRUEBAS MOLECULARES. En su elaboración participaron profesionales destacados y el propio Comando COVID. Parecía que afrontaríamos bien la pandemia, a pesar de las deficiencias sanitarias y de infraestructura porque contábamos con una economía sólida y los recursos suficientes para adquirir lo necesario.
¿Qué ocurrió entonces? ¿Por qué reemplazaron sorpresivamente a Hinostroza por el marxista “Vero Lover” Zamora? ¿Y si el relevo fue el adecuado y/o necesario, por qué tiraron al tacho el Plan aprobado por TODOS?
Lo cierto es que en muy pocos días Zamora nos llenó de pruebas rápidas, las “malas lenguas” dijeron que un familiar cercano habría estado metido en el negocio, y para que la ex ministra Hinostroza no abriera la boca, compraron su silencio nombrándola asesora de Moran en Interior, convirtiéndola automáticamente en cómplice, porque cuando se presentaron los proveedores de pruebas rápidas, ella no aceptó el cambio. Una buena peruana, médico, alto rango policial, consciente de la barbaridad que se cometía, estaba obligada a levantar la voz, y no a esconderse tras una asesoría por unos cuantos soles.
Hoy que se han destapado las cloacas y vemos la podredumbre que empezó en Marzo de 2020, es necesario que todos los involucrados de una u otra forma en negociados que ocasionaron 250,000 muertes y dejaron un país en escombros, tanto moral como económicamente, rindan cuentas ante el país. Hagámoslo por los familiares de los 250,000 fallecidos.
