
Por: Redacción de La Abeja
La Arquidiócesis de Lima atraviesa un momento de profunda turbulencia tras las recientes acusaciones contra el cardenal Carlos Castillo Mattasoglio, según un reportaje publicado por The Pillar el 30 de junio de 2025.
Las denuncias, que abarcan desde presuntos malos manejos financieros y administrativos hasta el grave señalamiento de encubrir un caso de abuso sexual, han desatado un torbellino de críticas que cuestionan el liderazgo del arzobispo.
Las Acusaciones Según The PillarEl reportaje de The Pillar expone tres líneas principales de acusaciones contra el cardenal Castillo: irregularidades financieras, inestabilidad administrativa en la vicaría judicial y, de manera particularmente alarmante, el presunto encubrimiento de un caso de abuso sexual perpetrado por el padre Nilton Zárate Rengifo, un sacerdote cercano al arzobispo. Según el testimonio de una monja contemplativa, Zárate la acosó sexualmente y la manipuló en su rol como director espiritual y confesor desde 2018, actos que constituyen un delito canónico grave, como absolver a un cómplice en un pecado contra el sexto mandamiento.
La investigación interna, liderada por los sacerdotes Jorge Andrés López Vignand y Edwin Limas en agosto de 2020, fue descrita por la denunciante como “traumática”, con interrogatorios que ella calificó de “inquisitoriales” y carentes de empatía. Un sacerdote testigo señaló que el trato hacia la monja fue “despectivo y autoritario”, lo que sugiere serias deficiencias en el proceso.La monja afirmó no haber recibido notificación formal sobre el resultado de la investigación, salvo un mensaje verbal transmitido por su abadesa en noviembre de 2023, indicando que el caso había sido archivado.
El abogado canónico de la religiosa expresó su preocupación por la falta de una investigación adecuada sobre los “graviora delicta” del padre Zárate, quien, según las acusaciones, estaría protegido por su relación con el cardenal Castillo. Estas afirmaciones han intensificado las sospechas de encubrimiento y han puesto en tela de juicio la transparencia de la arquidiócesis en casos de abuso.
En cuanto a las acusaciones de mala gestión financiera y administrativa, The Pillar señala una “inestabilidad constante” en la vicaría judicial y cuestionamientos sobre el manejo de los recursos económicos de la arquidiócesis. Aunque no se ofrecen detalles específicos, la percepción de desorden administrativo ha generado un creciente malestar entre los fieles y el clero, alimentando la narrativa de un liderazgo incapaz de garantizar una gestión ordenada y transparente.
Las acusaciones actuales no son las primeras que enfrenta el cardenal Castillo. Su propio sobrino, Dino Castillo, lo acusó públicamente de conductas que, según él, contradecían los principios de la Iglesia. En una carta abierta, Castillo Sánchez calificó a su tío de “hipócrita” y cuestionó su compromiso con los valores católicos, acusándolo de priorizar intereses personales, económicos y políticos por encima de su misión pastoral.
Como medio comprometido con la defensa de la fe católica y los valores tradicionales, es nuestro deber señalar que las acusaciones contra el cardenal Castillo reflejan un problema más profundo en la arquidiócesis de Lima. La percepción de que el arzobispo ha favorecido a clérigos cercanos, como el padre Zárate, y la falta de claridad en el manejo de los recursos económicos han generado desconfianza entre los fieles, especialmente entre aquellos que anhelan una Iglesia fiel a su misión evangelizadora. La oscuridad en la gestión financiera, es un tema recurrente que merece una explicación detallada por parte de las autoridades eclesiásticas. Asimismo, la inclinación hacia posturas teológicas progresistas cuando no heréticas son gravísimas.
El caso del padre Zárate, en particular, es profundamente preocupante. La falta de una resolución clara y transparente en un caso de presunto abuso sexual no solo daña la credibilidad de la arquidiócesis, sino que también hiere a las víctimas y a los fieles que esperan justicia y verdad.
Las acusaciones contra Castillo, si bien requieren una investigación rigurosa para establecer su veracidad, reflejan una crisis de confianza que no puede ser ignorada. La percepción de favoritismo, la inestabilidad administrativa, corrupción y las sospechas de encubrimiento en casos de abuso exigen una respuesta clara y decidida. La Iglesia peruana debe recordar que su misión es ser luz en las tinieblas, especialmente en tiempos de crisis.
Las acusaciones contra el cardenal Carlos Castillo Mattasoglio representan una prueba de fuego para la arquidiócesis de Lima. La gravedad de las denuncias, especialmente en lo que respecta al presunto encubrimiento de abusos, exige una investigación exhaustiva y transparente. La arquidiócesis de Lima, como corazón de la Iglesia peruana, debe recuperar la confianza de los fieles a través de acciones concretas que reflejen los valores del Evangelio. La verdad, la justicia y la caridad deben prevalecer, y solo una respuesta firme y transparente podrá sanar las heridas de esta crisis.






Lo más grave adicional es cuando deja las parroquias descabezadas por perseguir a sacerdotes que no son de su línea progresista.