Quienes ejercen el periodismo o simplemente la comunicación de ideas tienen la enorme responsabilidad de escribir o hablar con la verdad, la misma que no está exenta de cierta pizca de subjetividad; la que no debe influir al punto de mentir con total descaro.
Sin embargo no descartamos que sostener falsedades se basa en el desconocimiento pero que vil resulta hacerlo a sabiendas. Esto se permite tan solo una vez en el año -el 28 de diciembre- con mentiras tan disparatadas que solo ingenuos redomados las creen.
Hoy las cosas han cambiado. Vivimos en una época de la desinformación (fakes news), alimentada por la llamada inteligencia “artificial” y propalada a través de redes sociales de todo tipo.
En nuestro país, la mentira “institucionalizada” siempre existió vía los rumores (“bolas”) y cierta prensa que mentía y miente descaradamente, la misma que no comprendía solo a la llamada “prensa chicha o basura” sino incluso a la llamada “sería” que ha contribuido a un clima de crispación y odio.
Un claro ejemplo es cierto sector que persigue a quienes combatieron al terrorismo, al que llaman cobardemente (y por qué no decirlo, con complicidad) “conflicto armado interno”. Qué peor ejemplo es el llamado “informe de la comisión de la verdad”.
Pero la historia no solo es desvirtuada desde una orilla sino de la otra como cuando el periodista Aldo Mariátegui sostiene que el golpe contra el Velascato (29 de agosto de 1975) fue una acción producto de alguien fuera de sus cabales (como sostienen algunos malintencionados). El Pronunciamiento Militar fue encabezado por el General Morales Bermúdez y fue una decisión institucional que salvó al Perú de ser “una segunda Cuba”.
Ni qué decir de esos negacionistas que pretenden reescribir la historia del fútbol peruano al sostener con mentiras que un equipo “no bajó de categoría en el 2020 o al negar la definición del campeonato de 1934, (jugada en julio de 1935 y ganada por Universitario de Deportes).
Peor aún lo dicho por un ex futbolista apellidado Soto que sostiene que su equipo es “el primer equipo en el mundo que campeona en su centenario”, ignorando al Barcelona (fundado en 1899) y el Bayern München (fundado en 1990); ambos campeones en su centenario.
Ya ni qué decir de la subjetividad de algunos hinchas al sostener que son parte del “mejor equipo peruano” cuando las estadísticas los desmienten sin atenuantes con una simple comparación. En fútbol masculino, 27 títulos oficiales (desde 1928 primer torneo reconocido oficialmente sin contar inexplicablemente el de 1936) frente a 22 títulos, sin contar por supuesto esos torneos “chicha”, en uno de los cuales en 1927 se regaló el título habiendo jugado solo 3 de 7 fechas programas y en fútbol femenino, 10 títulos versus 3 de aquellos que alucinan. Y ni qué decir de la enorme diferencia en los resultados en torneos internacionales oficiales (un subcampeonato en la Libertadores en 1972, tres semifinales y un título de Libertadores Sub20 en el 2011 ).
Sobre el tercer título femenino aliancista, algunos festejan haberlo logrado en el Centenario de la U, “olvidando” que la U inició un tricampeonato en fútbol femenino en el 2001, año del centenario aliancista.
Hay tantas mentiras y olvidos que se quedan cortos; como ignorar que la U ha sido Campeón en sus Bodas de Plata (1949), de Oro (1974), Diamante (1999) , en Centenario del Más Grande futbolista peruano Lolo Fernández (2013) y en su Centenario es ganador del Apertura y está a 8 fechas de ser Bicampeón Nacional; mientras Alianza solo lo logró en su centenario y en el centenario de su ídolo Manguera Villanueva quedó por las patas de los caballos (undécimo de 14 equipos).
Y para refrescar un poco “la memoria” de algunos, el título del Centenario del club Alianza fue logrado “gracias” a un reglamento raro, el cual permitió que los segundos y terceros del Acumulados (a 10 y 23 puntos del puntero respectivamente) disputen el título, con el agravante que “el campeón” ganó el Apertura en definición igualando en puntos con el Cristal y en el Clausura terminó décimo de 12 equipos (a 1 punto del penúltimo y 6 del último).
Ya ni qué decir las mentiras de un pseudo “historiador” que miente descaradamente sobre la Historia de Universitario de Deportes, mentiras que son debatidas rotundamente por el sí historiador Aléxander Cassis en su libro “Génesis de Universitario “.
Como vemos las mentiras y medio verdades son de todo tipo y con variadas intenciones. Sin embargo es cierto que cierta subjetividad y valores distorsionados pueden influir, en el caso de señalar a Lolo como el Más Grande; pero es innegable que no lo sea alguien de vida intachable dentro y fuera de las canchas, leal a su Patria, a su Familia y a la U (23 temporadas defendiendo solamente su camiseta) y de reconocidos resultados a nivel nacional e internacional. Alguien de vida disipada, qué traicionó a su familia o quien puso por delante el dinero antes que su patria no puede ser considerado por encima de Lolo, por más que tenga como plus algún resultado deportivo.
Hablemos y escribamos con la verdad. Un equipo que debió descender por descalificación en 1929, que bajó en 1938 o que bajó en el 2020 y se salvó por una “jugarreta legal” no puede ser “el mejor” y menos querer deslegitimar al mejor mintiendo sobre “una baja” en 1947 que no estaba programada (y que en el último partido la U ganó al que tanto alega) y menos aún vanagloriarse de una goleada en un cuadrangular no oficial donde se probaba jugadores y en cuyo campeonato ya oficial en 1949 salió Campeón
Cuánto de cierto tiene entonces el dicho “para mentir y comer pescado hay que tener mucho cuidado”. Nicht vergessen, Leveau, Soto, Buitrón, Ramírez.
Ojalá que la verdad prevalezca y se volviera a un “compadrazgo” ya inexistente, sobre todo por irrespeto al rival fugándose de la cancha, apagando la luz, mintiendo a través de cierta prensa y fijándose como “objetivo institucional” impedir que la U sea Campeón en su Centenario (claro está con malas arte de todo tipo, fuera y dentro de las canchas de fútbol.
Muchos respetables hinchas aliancistas no pueden convalidar tanto odio y mentira, sobre todo mis amigos.