Vida y familia

EL PROBLEMA NO ES QUE TENEMOS MUCHOS NIÑOS SINO MÁS BIEN QUE TENEMOS MUY POCOS

Los controladores de la población en la ONU han estado ocultándolo por décadas

Por: Steven W. Mosher

La penumbra y fatalidad del mito de la superpoblación se disipan cuando alguien se toma el tiempo de echarle un vistazo a las cifras e informa con precisión y objetividad. Esto es lo que hizo un equipo de investigadores del Instituto de Métricas de la Salud de la Universidad de Washington. Sus hallazgos recientemente publicados en The Lancet son llamativos y merecen ser compartidos.

En primer lugar, los investigadores de la Universidad de Washington – UW señalaron que el tamaño de las familias ha disminuido considerablemente en las últimas décadas. Mientras que en 1950 las mujeres de todo el mundo tenían en promedio 4,7 hijos a lo largo de su vida reproductiva, en 2017 ese número se había reducido a la mitad, a 2,4 hijos. Su pronóstico es que el número de niños por mujer seguirá disminuyendo, cayendo muy por debajo de 2,1 niños para el año 2100.

Una tasa de fecundidad de 2,1 hijos constituye una “tasa de fecundidad de reemplazo”. Se llama así porque en ese nivel de fecundidad el padre y la madre simplemente se  “reemplazan” a sí mismos, sin añadir ni restar a la población total.

Cualquier tasa de fecundidad superior a 2,1 significa que la población seguirá creciendo. Cualquier tasa de fecundidad por debajo de ese nivel significa que la población se reducirá con el tiempo.

En docenas de países de todo el mundo, estos promedios de menos de dos hijos se han mantenido por una generación o más. Las mujeres italianas, por ejemplo, tienen un promedio de sólo 1,33 hijos. Esto significa que, salvo un gran e inesperado aumento en la fecundidad, los italianos corren el gran riesgo de ya no estar entre nosotros. Pues en esta progresión implosiva, ya no sería solo una cuestión de números sino de su supervivencia como nación.

Pero, ¿sabemos cuándo caerá el mundo entero por debajo de la tasa de fecundidad de reemplazo? ¿Sabemos cuánto caerá la fecundidad por debajo de la tasa de reemplazo? Y sobre todo, ¿sabemos cuál será la población mundial en las próximas décadas?

Durante décadas, los agoreros de la División de Población de Naciones Unidas (PNUD), UNFPA, OMS y otras agencias ONU han insistido en que la población mundial seguirá creciendo durante todo el siglo XXI. El último pronóstico de la División de Población de ONU predice que la población llegará a casi 11 mil millones en el 2100 (10,880´000,000) y aseguran que seguirá creciendo.

“Tonterías”, dicen los investigadores de la UW (Por supuesto, no lo escribieron así pero es casi imposible entenderlo de otra manera). Ellos más bien predicen que la población mundial alcanzará un máximo de 9.700 millones alrededor del 2064, antes de caer a sólo 8.800 millones para el final del siglo. Es decir, 2 mil millones menos que la proyección de ONU.

Entonces, ¿cómo hace ONU para masajear las cifras y fabricar 2 mil millones de personas adicionales?

En realidad, no es muy complicado darse cuenta.

Como he venido diciendo durante al menos dos décadas, las proyecciones de población de la ONU exageran las cifras futuras porque dependen de una hipótesis inexplicable y completamente irrazonable sobre los patrones de fecundidad de los próximos años.

PNUD ha asumido desde hace mucho tiempo que las tasas de fecundidad en todos los países del mundo, dentro de una generación más o menos, alcanzarán un nivel mínimo  al que llaman “piso de fecundidad” y que determinan en 1,85 hijos por mujer. Los países donde las tasas de fecundidad son superiores a 1,85 descenderán gradualmente a ese nivel, mientras que países como Italia que están por debajo de 1,85 subirán gradualmente a ese nivel.

Cito lo que escribí el 2008 en Population Control: Real Costs, Illusory Benefits

¿Cómo hizo ONU para determinar este “piso de fecundidad”? El informe de UNPD no lo explica en ninguna parte. Uno podría preguntarse válidamente, ¿por qué en México la fecundidad solo caería hasta 1.85 y no más de eso? El informe de PNUD tampoco ofrece alguna explicación, a pesar del hecho de que muchos países ya han caído más abajo de este “piso de fecundidad” y han sobrepasado lo que supuestamente era “el nivel mínimo”. ¿Y qué pasará  con esos países según PNUD? ¿Cómo lograrán Italia o España, por ejemplo, volver a subir al “piso de fecundidad” después de pasar las dos últimas décadas en el “sótano de fecundidad”. El informe del PNUD hace silencio en todos los idiomas.

La constante y marcada caída de las tasas de natalidad en todo el mundo ha producido un reconocimiento tardío de PNUD. Recientemente han corregido sus estimaciones y han reducido el “piso de fecundidad” a 1,75. ¿Por qué ahora en ese punto? Tampoco lo dice. Pero sigue insistiendo en que este es el punto donde las tasas de natalidad se estabilizarán para toda la humanidad, señalando a un par de países que han visto muy leves rebotes de la fecundidad.

Y claro, los investigadores de la UW simplemente no están de acuerdo.

Más bien, basados en la evidencia demográfica, ellos señalan que históricamente una vez que la fecundidad de un país cae a niveles extremadamente bajos de 1,35 aproximadamente, ésta se mantiene en niveles bajos y ya no se vuelve a levantar.

Pero las críticas de UW al manejo de cifras de ONU son más contundentes. En primer lugar, señalan que ONU no toma en cuenta los datos de los muchos países con muy baja fecundidad que no sólo no muestran signos de recuperación a 1,75, sino que no muestran signos de recuperación de la fecundidad en absoluto. Pero aún más importante, hacen una observación que apunta a una grave deshonestidad: “Varios países con una baja fecundidad sostenida fueron excluidos del modelo de su ensayo”. También son muy críticos con la afirmación del PNUD de que “la fecundidad se recupera” y con la explicación de PNUD de que las bajas tasas de fecundidad se explican simplemente porque más mujeres están retrasando el parto.

Quizás los investigadores de UW son demasiado diplomáticos para decirlo, pero básicamente están acusando a los demógrafos de ONU de manipular el conjunto de datos para producir un número inflado.

Ahora bien, ¿cómo así le salieron a la ONU esas 2 mil millones de personas adicionales?

Los investigadores de UW lo explican: “Nuestro análisis también mostró que ligeras diferencias de 0.1 en la tasa de fecundidad global a nivel mundial se traducen en una diferencia de aproximadamente 500 millones de individuos en el planeta para el 2100.”

Los investigadores de la UW proyectaron la Tasa Global de Fecundidad de una manera más realista en 1,35, mientras que PNUD exageró artificialmente a la población futura “instalando” un “piso imaginario” en 1,75. Este aumento de 0,4 produjo las 2 mil millones de “personas imaginarias” en la población mundial futura.

Es importante señalar que incluso el estudio UW podría todavía estar exagerando la fecundidad futura, principalmente porque asume la falta generalizada de acceso a “métodos anticonceptivos modernos”. De hecho, es fácil comprobar que los países de África, Asia y América Latina están inundados de anticonceptivos, disponibles de forma gratuita para prácticamente cualquier persona que los desee. La afirmación de que hay un gran número de mujeres del Tercer Mundo con una necesidad insatisfecha de anticonceptivos no se basa en la realidad. Ni cuando PNUD establece su “piso de fecundidad” ni para las proyecciones más altas de los investigadores de la UW.

La proyección más baja de la UW asume que muy pronto los anticonceptivos estarán disponibles para todos y pronostica que la población mundial alcanzará su pico máximo en el 2046 con 8,500 millones de personas, y en el 2100 estará por los 6,289 millones.

Sospecho que esta última cifra es la más acertada.

Cualquiera que sea el escenario que resulte ser correcto, las conclusiones del estudio de la UW son aleccionadoras: “Es probable que la población mundial alcance su punto máximo mucho antes del final del siglo. Dado que pronosticamos que las sociedades tienden a una Tasa Global de Fecundidad inferior a 1,5, una vez que comience la disminución de la población mundial, probablemente continuará inexorablemente”.

En otras palabras, como escribí en las páginas del Wall Street Journal en 1997:

El problema de la humanidad a largo plazo no va a ser que estemos teniendo demasiados niños, sino que estamos teniendo demasiado pocos: muy pocos niños para llenar las escuelas y universidades, muy pocos jóvenes entrando en la fuerza de trabajo, muy pocas parejas comprando casa o un segundo coche. En resumen, son demasiado pocos consumidores y productores para impulsar la economía. Los mercados en implosión de Europa y el coma económico de Japón se extenderán pronto a EE.UU. y el resto del mundo. ¿Cuál es la razón entonces para seguir gastando cientos de millones de dólares al año en anticoncepción y esterilización sólo para que ese día esté cada vez más cercano?

 

Steven W. Mosher (@StevenWMosher) es Presidente de Population Research Institute y autor de “Bully of Asia: Why China’s Dream is the New Threat to World Order”.

 

 

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