Vida y familia

DISNEY QUIERE QUE 50 % DE SUS PERSONAJES SEAN LGBTQIA

Por: Ignacio M. García Medina

 

No querer exponer a los niños a la sexualidad en general debería ser una decisión exclusiva de sus padres

Se acuerdan de cuando Disney era sinónimo de ilusión, inocencia y mundos mágicos de fantasía para los niños? Pues bien, ya intuíamos que esos tiempos quedaron atrás hace mucho, pero ahora se ha oficializado con la que ha sido La Idiotez de la Semana, después de que la presidente general de Entretenimiento de Disney, Karey Burke, haya anunciado que al menos el 50 % de los personajes de la compañía deberían representar a la comunidad LGBTQIA etc. y minorías raciales.

Con esta confirmación también han quedado atrás los tiempos en los que se consideraba una teoría de la conspiración el decir que Disney tenía una agenda política secreta de promoción de la ideología de género entre los más pequeños.

Según Karey Burke, como ella es “madre de un niño transgénero y de otro pansexual”, la empresa para la que trabaja debe mostrar “muchos, muchos, muchos personajes LGBTQIA” en sus películas, y como mínimo el 50 % de personajes deberían ser no heterosexuales y no caucásicos.

Resulta muy llamativo el manejo de la estadística de la ejecutiva de Disney. A pesar de que solo un 7 % de los americanos se declara no heterosexual, Karey Burke quiere que el 50 % —como mínimo, ojo— de los personajes infantiles sean homosexuales, bisexuales, de género fluido, pansexuales o transgénero. Es como si quisiera proyectar la anomalía estadística de su propia familia en el resto de las familias, metiendo con calzador la hipersexualización de los niños.

Estos casos recuerdan a los de gatos y perros veganos que, casualmente, están sobrerrepresentados en las familias de activistas animalistas. Mientras que en la naturaleza el porcentaje de perritos y gatitos vegetarianos es del cero por ciento —aproximadamente—, cuando estos pertenecen a un vegano el porcentaje de mascotas no carnívoras aumenta dramáticamente. Será casualidad, aunque algún malpensado diría que algo tendrá que ver la voluntad de sus amos.

Disney ahora quiere que sus películas representen la realidad —su realidad—, pero no tienen ningún inconveniente en seguir contando historias de magia, hechiceros, hadas madrinas, monstruos y animalitos humanizados que hablan, siempre y cuando sean lo suficientemente queers. Todo en orden.

Disney es el brazo de propaganda de la ideología woke

En una carta anónima, varios empleados de Disney han denunciado el ambiente de terror y persecución política que viven en la compañía quienes tienen “opiniones políticas y religiosas que no son explícitamente progresistas”.

Disney se está quitando la careta y cada día deja más claro que se han convertido en el brazo de propaganda de la ideología izquierdista, buscan erosionar los valores tradicionales y conservadores, y tratan de imponer de forma insidiosa entre los más vulnerables e influenciables los contravalores del neomarxismo woke. Tampoco parece casual que esta “salida del armario” de Disney coincida con la aprobación en la republicana Florida de la ley que impide a los profesores hablar sobre sexualidad con los niños pequeños.

No querer exponer a los niños a la sexualidad en general —no solo a la homosexualidad— debería ser una decisión exclusiva de sus padres. Es una decisión legítima, y me atrevería a decir que la más sana. Pero que los padres tengan que estar vigilantes y batallando para que sus hijos pequeños no sean hipersexualizados en el colegio y en las películas que ven es una señal de la decadencia social que vivimos.

Al menos ahora, gracias a la idiotez anunciada por Disney, los padres que quieran que sus hijos tengan una infancia inocente y feliz, ya saben donde está el enemigo… además, se ahorrarán el dineral que cuesta llevar a sus hijos a Disneyland.

 

© El American

Dejar una respuesta