Por: Eddie Álvarez
Muchos se preguntarán, cual es la relevancia, del tema a tratar en esta entrega periodística. Pues bien voy a tratar, sin medias tintas a la salida de las sagradas andas milagrosas de nuestro Señor de los Milagros, para que estas (gracias a la cobardía de un analfabeto en Palacio) no lleguen en su primer recorrido procesional a la Plaza de Armas, como acostumbra por muchos años.
Yo tengo 80 años y 64 de los mismos, llevo cargando en mis hombros, sus sagradas andas milagrosas. Sin embargo, desde que tengo uso de razón, se que siempre llegó a la Plaza de Armas, para ser homenajeado, en Palacio de Gobierno, la Municipalidad de Lima y la catedral; sintiendo en mi calidad de hermano cargador, que es injusto dejarnos llevar, por un desquiciado mental, que impone sus caprichos a vista y paciencia de todo el mundo y nadie le diga nada.
Pues bien, estoy tratando de poner las cosas en su real dimensión, tenemos en la Catedral de Lima, a un Monseñor que se supone nos representa a nosotros los católicos y que responde al nombre de Carlos Castillo, tenemos a un cobarde alcalde de Lima Miguel Romero y por último al Cardenal Pedro Barreto, quienes no hacen nada para que Pedro Castillo Terrones, continúe cerrando la Plaza de Armas como si fuera su chacra. Su dejadez, al colmo de dejarse llevar por órdenes del analfabeto de palacio, no me parece, sin embargo, existen los traidores a sus principios, que, por temor a perder sus cargos, son capaces de aplaudir la insensatez de un ignorante, con caprichos de terrateniente, quien se impone, por temor al abucheo de las masas católicas, cerrar la Plaza de Armas.
El pueblo, al cual siempre se refiere constantemente, el menesteroso de Pedro Castillo Terrones, vive más que nada de la Fe, al cristo morado y atacar a sus feligreses con una caricatura a la verdad de sus creencias, lo deja como lo que es, un pobre diablo que no sabe diferenciar siquiera a la fe católica y sus creencias religiosas.
Siento mucha pena, por el Monseñor Carlos Castillo que no se supo parar, como representante nuestro, para decirle al mercader de palacio Pedro Castillo: “no señor, las Andas del Señor de los Milagros, está por encima de sus temores”, en clara referencia, a los huevos, insultos y basura que ya se ha hecho costumbre le tiren por donde este sujeto va; siendo falso, que lo quieren matar.
Para terminar, los peruanos, no nos merecemos un Arzobispo que no esté a la altura del cargo, valga decir que sea tan cobarde y que se allana, como un vil amanuense a las indicaciones de Pedro Castillo, algo que por cierto nuestro anterior arzobispo, nunca lo hubiera permitido; más a sabiendas que los hermanos cargadores, sabemos llevar las andas entre escombros y en medio de la lluvia, así como estamos acostumbrados a subir y bajar las gradas de la catedral, con las Sagradas Andas de nuestro Señor de los Milagros. Estuve recorriendo Lima, y los hermanos, sabemos cómo llegar a la Plaza de Armas sin ningún tropiezo.
Tomo la palabra, de miles de hermanos cargadores, quienes, estamos agradecidos a nuestro mayordomo general José Soto Parra, quien estuvo a la altura como siempre, para con su fe, rogar que nuestro Señor de los Milagros, este nuevamente en las calles, en sus habituales recorridos procesionales, para beneplácito de todos los católicos que creemos en nuestra fe y la algarabía que nos da, saber que él, nuestro Señor de los Milagros, es nuestro guía espiritual eterno.
Muy bien dicho señor, todos los limeños y de otros departamentos estamos unidos para defender nuestro eterno amor al Señor de los Milagros y de ende a todo tipo de acto religioso es nuestra de Fe y el defender a Cristo está en nuestras manos. Pueden pedir una marcha de todos los sacerdotes, religiosos laicos y en general. Dios es y será el inicio y el fin de nuestras vidas. No tengamos miedo. El payaso de Pedro Castillo no nos representa! Unidos en oración