Cultura

BULLYING, VENGANZA Y UTOPÍA

Por: María Ximena Rondón

El mundo está lleno de combinaciones raras, que algunos quizás mantienen en secreto, en mi caso, decidí combinar la lectura de dos libros (quizás por el azar o porque uno de ellos fue una opción distraída) que me revolcaron el organismo y el cerebro para expulsar una reflexión interesante.

El primer “ingrediente” de esta combinación fue uno que no estaba en mi radar, mi prometido lo compró al mismo tiempo que una colección de las tiras de Mafalda. La portada, el título y la reseña me intrigaron: “Carrie”, de Stephen King, una chica cuyo sueño era ir al baile de su escuela con un compañero salido de cuento de hadas.

Al mismo tiempo, me crucé en mi estantería con “Utopía”, de Tomás Moro, el que se opuso al comportamiento macabro y liberal del rey Enrique VIII.

Así que, siguiendo el patrón de leer dos o tres libros paralelamente, me sumergí entre las páginas de “Carrie” y “Utopía”.

Hay algunos recuerdos traumáticos que la memoria “oculta” por el bienestar del ser humano, aunque hay detonantes que pueden traer de vuelta sensaciones indeseadas. No esperaba que la historia de Carrie White me sacudiera esos recuerdos de bullying, problema que los profesores no se molestaron en solucionar porque sus favoritos eran los agresores.

Todo el libro está repleto de crueldad hacia una estudiante de 16 años (quien tiene poderes guardados con mucho recelo). Realmente, no esperaba leer algo que llevara las cosas al extremo y que estallaría en una cruel y sangrienta venganza, producto de la completa soledad e incomprensión.

No voy a “spoilear” el libro, pero transmite una pesada sensación de agotamiento emocional, dolor, ansiedad y abandono. Quizás incluso se llega a pensar que la venganza de la víctima tiene justificación. Pero, ¿realmente la venganza es el verdadero desenlace para una víctima de bullying?

Este deseo de venganza puede ser experimentado hasta por un político, quizás tras un cargamontón de sus pares o experiencias que desea erradicar con su poder. Sí, el tener poder puede ser terrible cuando hay una venganza esperando el momento adecuado para estallar.

“Utopía” brindó la respuesta a este dilema. Sin “spoilear” comentaré que en cierto pasaje se discute sobre el castigo que deberían recibir quienes cometen delitos. La parte defensora del “diente por diente”, de la venganza que muchos anhelan. Si andamos por el camino de las emociones locales, tenemos la campaña “Chapa tu choro y déjalo paralítico”. Esta responde al hartazgo de un problema que parece no tener solución y que para algunos políticos resulta una nimiedad, así como para ciertos profesores el bullying.

El libro de Tomás Moro reconoce esa venganza y ofrece un “remedio” para calmarla: la justicia, es decir dar a cada uno lo que merece sin rebajarse al mismo nivel (o peor) de estos agresores. Para aplicarla, se aconseja sabiduría y control del espíritu (y para los católicos, el descanso en la sabiduría divina).

Tanto en el plano personal como en la arena política se observa un gran desorden de emociones que llegan a destruir todo a su paso, tal como hizo Carrie.
Incluso estas emociones llegan a provocar malos resultados electorales, pues en países como Perú la gente vota con emoción y no con la razón.

“Utopía” es la brújula que podría orientar al ser humano y a la sociedad en esa búsqueda del bien, tanto personal como colectivo. El dolor y la venganza no son fáciles de mitigar. Pero en medio de esa vorágine, hay ayuda externa que nos puede ayudar.

Quizás se considera una “utopía” porque es difícil de alcanzar y hasta imposible. Pero, si abrazamos la sabiduría y la justicia podemos superar muchos problemas a pequeña y gran escala.

La sociedad empieza a transformarse en pequeñas cosas. Seamos “Utopía” y no “Carrie”.

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