Por: José Romero
Han pasado 5 años y un poco más que supimos de la existencia de una red de corrupción apodada “Lavo Jato” que venía expoliando diversos países desde hacía unos 20 años.
Miles de millones producto de sobrecostos y coimas disfrazados de adendas han ido a parar a bolsillos de decenas de gobernantes, de ministros, de diversas autoridades y por cierto de empresarios y de diversos actores privados.
Lo que hoy se sabe se debe a investigaciones que provienen del Brasil y de USA , en tanto las “delaciones premiadas” poco han aportado. En nuestra patria nadie ha sido aún juzgado y menos aún condenado.
Empresas corruptas siguen contratando con el Estado e incluso han transferido sus propiedades obteniendo pingües ingresos.
Hoy la “justicia” sigue “investigando” con cero resultados. Las palabras de un ministro aún siguen teniendo “fuerza”. Al parecer lo dicho (“Odebrecht pone y saca presidentes”) no era fanfarronada sino un hecho a todas luces contrastable.
Salieron y entraron no solo presidentes sino todo tipo de funcionarios públicos y “aquí no pasa nada” como diría Humberto Martinez Morosini.
Pese a todo lo dicho, no deja de sorprendernos el silencio de la gran mayoria de candidatos que piden nuestro voto. Nadie excepto Rafael López Aliaga demanda drásticas medidas contra el más grande exponente de la corrupción: Odebrecht.
Nadie, excepto el mencionado, reclama el pago de indemnizaciones y el cumplimiento de severas penas para los corruptos señalados por ellos mismos como la ex alcaldesa Villarán o por agendas escritas por sus propias manos.
¿Qué hay de la prensa propiedad de un corrupto confeso o de decenas de “profesionales” que vivieron (¿seguirán?) de las coimas millonarias pagadas por empresas corruptas del Club de la Construcción?
¿Hasta cuándo seguiremos hablando de “anticorrupción ” sin mover un dedo en medio de un sainete que simula “la lucha por la honestidad”?
Entre tanto, mientras se siga hablando de honestidad sin levantar el dedo contra los corruptos seguiremos pensando que solo un candidato merece nuestra total confianza.
