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EL CASO DEL CIAM DE LA MOLINA: DESINFORMACIÓN Y RUMORES

En las últimas semanas, el Centro Integral del Adulto Mayor (CIAM) de La Molina ha estado en el ojo de la tormenta. Lo que comenzó como un rumor entre los vecinos del distrito se convirtió rápidamente en una avalancha de acusaciones, protestas y señalamientos que apuntaban a la Municipalidad de La Molina. Historias de clausuras definitivas, venganzas políticas y hasta la conversión del espacio en oficinas administrativas circularon con fuerza, alimentadas por algunos voceros y publicaciones en redes sociales. Sin embargo, la verdad ha emergido gracias a un comunicado oficial emitido hoy por la Municipalidad, que desmiente categóricamente estas afirmaciones y pone las cosas en perspectiva.

El origen del conflicto: una campaña de desinformación

Todo comenzó en enero de este año, cuando representantes de una asociación privada que representa a una pequeñísima parte de los usuarios, empezaron a cuestionar las condiciones del CIAM ubicado en el parque Bárbara D’Achille (conocido también como parque de los niños). Según estas voces, el local no ofrecía las condiciones adecuadas para los adultos mayores y, más grave aún, se les estaba cobrando por participar en los talleres. Estas acusaciones encontraron eco en algunos vecinos y se amplificaron con el paso de los días, generando preocupación entre los usuarios del centro y sus familias.

Sin embargo, al indagar en el asunto, se descubrió que tanto el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables como el Órgano de Control Interno de la Municipalidad revisaron estas denuncias y las desestimaron por falta de sustento. No había evidencia de cobros indebidos ni de un abandono del espacio. Pero el daño ya estaba hecho: la semilla de la desconfianza había sido sembrada.

El cierre temporal

La situación dio un giro el último fin de semana, cuando la Municipalidad decidió cerrar temporalmente el CIAM. Entonces algunos aseguraban que era una represalia política, otros que el espacio sería destinado a oficinas administrativas, dejando a los adultos mayores sin un lugar donde reunirse. Incluso se habló de la clausura de parques enteros, como el Bárbara D’Achille, que alberga al CIAM en apenas un 5% de su área total.

Entonces empezaron las movilizaciones de unos cincuenta adultos mayores que por ejemplo fue visto obstruyendo el paso de vehículos en la vía pública, aparentemente instigados por quienes les aseguraban que el cierre era definitivo. Estas acciones, según testigos, parecían responder a una manipulación organizada.

El detonante de esta medida, no fue un capricho municipal ni una conspiración. Tras la tragedia ocurrida en Trujillo, donde un incidente en un local inadecuado dejó víctimas, algunos molinenses expresaron su temor por la infraestructura del CIAM. Además estaban los pedidos de la asociación que ahora protesta de mejorar salones, ventanas,y otros, como consta en videos de declaraciones de su representante, es así que la municipalidad decide  cerrar temporalmente el centro para inspeccionarlo y realizar mejoras en salones, baños, ventanas, cafetería y mobiliario, obras que ya se iniciaron.

Talleres descentralizados: una solución malentendida

Mientras las obras avanzan, las actividades del CIAM no se han detenido. La Municipalidad intensificó los llamados CIAM descentralizados, trasladando talleres a parques y locales del distrito, una práctica que, según funcionarios y registros históricos, no es nueva. Sin embargo, este esfuerzo por mantener la continuidad fue recibido con escepticismo.

Un grupo reducido, con aparentes intereses politizados, comenzó a desincentivar a los adultos mayores de asistir, alegando que era un abandono disfrazado. “Nos dicen que no vayamos, que nos están engañando”, declaró a este medio don Miguel, de 77 años, quien decidió no participar en los talleres por temor a ser “utilizado”.

Lo preocupante es que esta desinformación escaló hasta inducir actos como el bloqueo de calles, poniendo en riesgo la seguridad de los propios adultos mayores. ¿Quién está detrás de esto? Todo apunta a motivaciones políticas, aunque nadie ha presentado pruebas concretas de las acusaciones contra la Municipalidad.

La verdad sale a la luz: el comunicado oficial

Finalmente la Municipalidad de La Molina rompió el silencio con un comunicado que despeja las dudas y pone fin a los rumores. En él, se desmiente tajantemente que el CIAM se clausure por venganza o para convertirse en oficinas administrativas. “Es falso que se pretenda cerrar el CIAM o destinarlo a otros fines; todo es para los adultos mayores”, asegura el texto. El cierre, reiteran, es temporal y responde a la necesidad de garantizar un espacio seguro y renovado.

El comunicado también confirma que los talleres descentralizados seguirán operando y que el CIAM reabrirá pronto con mejoras visibles. Además, hace un llamado a no dejarse engañar por versiones interesadas que buscan dividir a la comunidad y pone a disposición sus oficinas para aclarar dudas.

Reflexión final

Tras recorrer La Molina, hablar con vecinos y revisar los hechos, queda claro que el caso del CIAM es un ejemplo de cómo la desinformación puede distorsionar una intención positiva. Lo que pudo ser una historia de mejora y escucha ciudadana se transformó en un relato de desconfianza y manipulación. La Municipalidad, con su comunicado, ha dado un paso firme para recuperar la claridad, pero el desafío ahora recae en los molinenses, distinguir la verdad del ruido y apoyar un proyecto que, en esencia, busca beneficiar a sus adultos mayores.

1 comentario

  1. Una vez más estamos ante un error de comunicación, la municipalidad y otros entes deben informar primero y ejecutar después. Evitar estos problemas, con una estrategia comunicacional clara y oportuna. El encargado de las comunicaciones de esa administración pública, merece un jalón de orejas o ha sido captado por los enemigos del alcalde.

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