Política

¿LLEGARÁ EL MESÍAS POLÍTICO ESPERADO POR LA DERECHA?

Por: María Ximena Rondón

Los recientes acontecimientos concernientes al presidente Pedro Castillo, el hecho de que el ex ministro de Transportes y Comunicaciones, Juan Silva, se entregara y la innecesaria “visita” de un representante del gobierno de México, que trajo sospechas de la puesta en marcha de una fuga, dieron un pequeño atisbo del potencial tramo final de este gobierno.

Aún no sabemos cómo terminarán las cosas, pero si se llegara a dar ese “milagro político” y en un escenario donde Dina Boluarte resultara inhabilitada…¿Qué pasaría?

En el fondo, desde la campaña electoral, existe una figura deseada y sin un rostro definido, presente en los deseos de quienes anhelan el final de esta pesadilla política: El Mesías de la derecha. Ese liberador que, como Aragorn en el Señor de los Anillos, se plante ante la puerta oscura de Mordor y trajera la salvación. Muchos quisieran que llegara ese líder (quizás un outsider) emergente de la derecha o el centro derecha, quien con su autoridad y valores otorgue la estabilidad y el desarrollo del país.

Incluso, si profundizamos en la mentalidad peruana, encontramos a la figura del caudillo, quien ejerce autoridad, fuerza, inteligencia y determinación para gobernar. Alguien con “mano dura”, frase que muchos llegan a pronunciar hasta inconscientemente cuando discuten sobre el mejor sistema de gobierno. Durante nuestros 201 años de vida republicana, esa imagen ha dominado la mano del sufragio y las esperanzas de los electores. Quizás ese líder mesiánico ya haya llegado para algunos sectores políticos (como la izquierda), ¿Pero para el resto? ¿Por qué tenemos esa esperanza?

Se trata del mismo ADN político e histórico del Perú, que se remonta hasta el imperio incaico. Los incas no eran gobernantes blandengues ni victimizados, como los pinta la narrativa marxista de la educación peruana actual, sino que eran muy autoritarios, eran señores de la guerra y del poder y dirigían un imperio muy bien organizado a nivel económico, político y social. Gobernaban a los pueblos conquistados con su mano dura y una suerte de “pax romana” (puedes mantener a tus dioses y costumbres si incluyes a los míos). Un ejemplo es Pachacutec, quien expandió el imperio, o Túpac Yupanqui, conocido como “el Inca Navegante” ¿Se imaginan el carácter de ambos soberanos? ¿Se imaginan las estrategias y el poder que tenían? Cualquier mandatario actual no podría hacerlo ni menos tener esa mano dura y ese temple de hierro. Esa figura poderosa quedó grabada en la mentalidad del Perú y por eso en el fondo esperamos la llegada de ese líder, de ese “Mesías”.

Considero que la política es un juego de estrategia y que nunca se debe apostar el 100% en un político. Quienes la ejercen, lo saben muy bien. Se requiere más que ser “un humilde maestro”, un “fujitraumado” o un “Merino no es mi presidente”, eso es algo muy superficial en comparación de lo que hay detrás. Y todo puede cambiar rápidamente o ser el resultado de un arduo proceso. Por ello, nunca hay que apostar al 100% que la presidenta del Congreso pueda asumir el gobierno si Castillo y Boluarte se van.

¿Quién podría ser ese Mesías esperado de la derecha? ¿Qué opciones tenemos? Al pensarlo, no podemos evitar preguntarnos si son capaces ni compararlos con la figura del caudillo de nuestra mentalidad. Incluso uno puede llegar a preguntarse ¿realmente la democracia es el mejor sistema de gobierno? ¿Deberíamos ser una monarquía, una monarquía parlamentaria o un imperio?

En el fondo, queremos que el Perú pueda desarrollarse a plenitud económica y socialmente. Queremos que las cosas mejoren. Pero no podemos quedarnos sentados esperando a ese Mesías. Tenemos que empezar por nosotros mismos. Y todo parte desde casa. La tan condenada corrupción empieza por casa. Desde que uno se queda con el vuelto de más y otras tantas artimañas de la “viveza”. Tenemos que implementar una mejor educación cívica e histórica, ya que la educación está secuestrada por la izquierda, basta con analizar bien para notar el argumento marxista del “opresor oprimido” en la enseñanza escolar. En su novela 1984, George Orwell señala que cuando el pueblo se educa, las cosas y la sociedad pueden mejorar. Queremos y anhelamos con la llegada de ese héroe, especialmente cuando la situación empeora progresivamente, pero debemos ser fuertes y mejores ciudadanos. Lee y culturízate. Por algo dicen que el conocimiento es poder.

2 Comentarios

  1. Esa oportunidad se tuvo durante el fujimorato, pero el hombre carecía de formación humanista y se rodeó de la caviarada perfil bajo, que le dió lo que quería y obtuvo lo que quería, dejándonos huérfanos de formación en humanidades, y la prueba es el fujimorismo actual, una lástima de partido.

  2. Pero el conservadurismo, debe ser cristiano o no será y si es cristiano, no puede esperar otro mesías ni otro rey que Cristo. La lucha de los conservadores, es por reinstaurar el reinado social de Cristo.

Dejar una respuesta