Política

POLÍTICA: CRUZ QUE DA ALEGRÍA

Por: Rafael López Aliaga*

 

Mis padres, desde niño, en mi querida hacienda Pomalca, me recomendaban leer la sección de opinión y editorial de El Comercio. Luego durante los momentos de tertulia familiar dábamos nuestras opiniones de lo leído de brillantes periodistas, que contrastaban los diferentes ángulos de una realidad o fenómeno humano.

Es lamentable comprobar constantemente que este gran nivel de El Comercio, como referente nacional, se sigue perdiendo, semana a semana. Algunos columnistas de opinión tienen vínculos económicos con organizaciones que han obtenido concesiones en la ciudad de Lima corruptamente, previo pago de coima a una alcaldesa. Otros opinan sin contrastar a las partes involucradas o, lo que es peor, estructuran sus artículos con medias verdades, que finalmente son sinónimos de mentira y en muchos casos de difamación y agravio al honor de diferentes personas.

He recibido ataques a mi honor y buena reputación en base a estas malas prácticas ya mencionadas, que denigran la noble profesión de periodista.

Tengo especial consideración al periodismo serio y verdadero en recuerdo y homenaje a mi abuelo Alberto Cazorla Herrera que fue director del diario La Prensa, en sus mejores momentos.

Ha sido triste leer el último artículo de opinión del periodista Ghibellini. Mi postulación a la Presidencia del Perú la he decidido después de un proceso de más de tres años de búsqueda de candidatos idóneos e, inclusive, tratando de crear un frente democrático de partidos sin vínculo con la corrupción, que es el peor flagelo que sigue sufriendo la población más vulnerable de nuestro país.

El señor Ghibellini sabe perfectamente que he ofrecido más de cuatro veces la candidatura a la presidencia al socio de su hermano, pariente mío dedicado a las comunicaciones. Mi pariente decidió tomar otra ruta, lo cual es público.

También he declarado, en múltiples oportunidades, que también ofrecí esta candidatura a la presidencia a un amigo empresario, en siete ocasiones, tanto en Lima como en Madrid, ciudad a la que viajé con este único propósito para tratar de presentar una propuesta seria y profesional para dirigir nuestro país.

También conversé con otros dos empresarios de trayectoria impecable para asumir este reto, pero la respuesta fue negativa, por razones que entiendo. Todo lo mencionado lo conoce el periodista Ghibellini. Pero aún así me endilga agravios y adjetivos realmente vergonzosos.

Mas aún, en reiteradas ocasiones le he pedido derecho de réplica en sus programas televisivos en situaciones en las cuales se ha faltado a la verdad o se me ha difamado. Para mi sorpresa, es el único periodista que no me da derecho de réplica, violando así la mínima práctica ética periodística.

Su proceder es muy distinto al del actual director de El Comercio, quien siempre me ha dado la oportunidad de aclarar o rebatir argumentos falsos o mentiras explícitas. Continuar en política activa es claramente llevar una Cruz para mí. Recibo amenazas de muerte de organizaciones corruptas y criminales, difamaciones anónimas, soporto artículos de opinión vejatorios a mi honra y honor, dejo de percibir dividendos y dietas, en sumas importantes, y desgasto mi salud trabajando intensamente, inclusive con muchas jornadas sin dormir.

Mi retribución claramente no es material pues ni cobré sueldo y pagué mis alimentos, auto, seguridad, gasolina, pasajes de avión y hoteles en viajes destinados a gestiones en favor de la Municipalidad de Lima. Mi retribución es únicamente ESPIRITUAL. Me llena el alma de paz y alegría ver los rostros de niños, mamás, papás, que han recibido alimentos, agua, escaleras, muros de contención, caminos vecinales, losas deportivas, como producto de mi trabajo.

Asimismo, disfruto de la construcción de más de siete vías elevadas en avenidas metropolitanas, para reducir tiempos de desplazamientos, con una inversión de S/. 5,000 MM, sin precedente en la historia de Lima. Son más de 200 actividades en ejecución simultánea que lograrán que Lima este al nivel de grandes metrópolis.

Todo mi conocimiento y experiencia, ganadas tanto en el sector privado como en el sector público, los pondré al servicio de mi país, sin cobrar un centavo, para hacer del Perú una potencia mundial, en beneficio principal de mis hermanos que están sufriendo las consecuencias de la corrupción y despilfarro del presupuesto público. Si vamos a crecer a pesar de los voceros de la corrupción. Si hay crecimiento e inversión cuando se trabaja con honestidad, pasión y amor al Perú.

 

 

*Exalcalde de Lima

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