
Por: María Ximena Rondón
Cada año nos deja una lección y este 2023 no es una excepción. Política y socialmente empezamos con una esperanza de que todo mejoraría y muchos estábamos agradecidos con los personajes que ayudaron a la “salvación” del país de las garras de Pedro Castillo y de la amenaza que este representaba.
Muchos del sector conservador/ católico expresaban su admiración por estos personajes e incluso llegaban a pensar que realmente eran el modelo a seguir, grandes personas y otros rasgos que, en resumen, los idealizaban.
Lamentablemente, ese es un grave error. Incluso consideró que es un error en el que puede caer alguien no solo de “derecha” sino también los izquierdistas, liberales y demás.
Debido a eventos políticos recientes, muchos se “desencantaron” de figuras como Beto Ortiz, quien había sido uno de los idealizados por su lucha contra el comunismo y un crítico de la “generación del bicentenario”. Todos vimos cómo chilló por su “amigo” Fernandini y se fue contra la fiscal de la nación. Su actitud dejó mucho que desear para quienes lo seguíamos.
Pero esa es una lección muy valiosa que debemos aprender: En el escenario político solo existen aliados y algunos son temporales. El hecho de que algún personaje influyente luche en nuestro bando en la “batalla cultural” no quiere decir que estará de nuestro lado para siempre.
O también tenemos el caso de Javier Millei, presidente recién electo de Argentina, aunque la mayoría de sus objetivos políticos se alinean a lo que muchos conservadores o de derecha defendemos, quizás habrán cosas con las que no estará de nuestro lado (como su postura ante las armas).
Al vivir en una democracia y al ser “ciudadanos” debemos tener muy claras nuestras convicciones, valores y aspiraciones que tenemos para nuestro país.
Y debemos dejar de abordar la política desde el ámbito emocional, pues a través de las emociones creemos en mentiras y nos dejamos influenciar para servir a los intereses de otros.
Tenemos que cerrar este 2023 con la lección aprendida: no podemos idealizar a nadie. Los políticos, periodistas y otros personajes son aliados, no son el Caudillo o el Mesías que esperamos para que resuelva nuestros problemas. Nuestros problemas como país se resolverán desde nuestras vidas cotidianas. Así haremos la diferencia y al ser buenos ciudadanos, nuestro país y nuestros políticos mejorarán. Merecemos algo más que promesas básicas. Necesitamos avanzar como nación.
Este año 2024 es una buena oportunidad para comenzar a hacer las cosas bien.
Les deseo toda la prosperidad y salud para este nuevo año.





