
Por: Luciano Revoredo
El caso de Barbie Kardashian, un brasileño nacido como Gabriel Alejandro Gentile, es un ejemplo alarmante de las consecuencias de las políticas pro-trans y la ideología de género que priorizan la autoidentificación sobre la seguridad pública.
Este hombre biológico de 23 años, legalmente reconocido como mujer en Irlanda bajo la Gender Recognition Act de 2015, ha generado controversia por su historial de violencia extrema y problemas psiquiátricos graves.
Su reciente liberación, el 1 de octubre de 2025, tras cumplir solo dos años y medio de una condena por amenazas de violación y asesinato, expone los peligros de un sistema que permite a individuos con perfiles de alto riesgo explotar leyes basadas en la autodeclaración de género.
“Kardashian”, acumula un historial delictivo desde la infancia, con 15 condenas por agresión sexual, daños criminales y amenazas de muerte. A los 10 años, atacaba físicamente a su madre; a los 13, cometió agresión sexual; y a los 17, agredió brutalmente a una trabajadora social. En 2020, detalló un plan sádico para torturar y violar a su madre, lo que llevó a su condena en 2023.
Inicialmente encarcelado en la prisión femenina de Limerick, continuó amenazando a reclusas y guardias, incluyendo deseos de torturar y violar. Tras presión pública, fue transferido a una prisión masculina en 2024, donde un informe del Comité Europeo para la Prevención de la Tortura describió sus condiciones de aislamiento como inhumanas.
Cinco psiquiatras lo evaluaron como un “peligro real” con tendencias narcisistas y un alto riesgo de reincidencia, diagnosticado con trastorno de personalidad narcisista y desórdenes múltiples, agravados por un historial de abuso infantil.
La Gender Recognition Act, que permite el cambio de género sin requisitos médicos, facilitó que Kardashian, sin cirugía ni hormonas, fuera reconocido como mujer. Este caso ilustra cómo leyes similares, promulgadas en nombre de la inclusión, abren la puerta a abusos.
En prisiones femeninas, mujeres han sido forzadas a convivir con hombres condenados por delitos graves, poniendo en riesgo su seguridad. Kardashian, con prótesis exageradas que caricaturizan la feminidad, representa una burla a la experiencia de las mujeres, mientras su historial de violencia contra numerosas mujeres es ignorado en favor de su “identidad”.
Grupos de mujeres han denunciado su liberación como una amenaza clara, especialmente tras sus recientes declaraciones admitiendo impulsos violentos. Este caso no solo pone en evidencia los riesgos de priorizar la ideología sobre la biología, sino también la falta de soluciones a largo plazo para individuos con problemas psiquiátricos severos.
Bajo supervisión post-liberación, Kardashian debe cumplir estrictas condiciones, como residir en una dirección aprobada y registrarse como delincuente sexual. Sin embargo, sus amenazas recientes sugieren que el peligro persiste. La sociedad enfrenta un dilema: ¿cómo equilibrar los supuestos derechos de las personas trans que impone la delirante ideología de género con la seguridad de las mujeres? Por ejemplo ahora este peligroso sujeto puede entrar a baños y camerinos de mujeres libremente.
Las políticas actuales, al desestimar la biología y los diagnósticos psiquiátricos empoderan a depredadores, erosionando espacios seguros como baños, refugios y deportes femeninos.
El caso de Barbie Kardashian debería ser una llamada de atención. La ideología de género, al imponer la autoidentificación como verdad absoluta, ignora la realidad y pone en riesgo a las mujeres.
Es imperativo revisar estas leyes, priorizando la seguridad y el sentido común sobre dogmas ideológicos. La pregunta no es solo cómo manejar a individuos como Kardashian, sino cómo evitar que el sistema siga fallando a quienes más necesitan protección. La sociedad merece políticas que respeten la verdad biológica y garanticen la seguridad de todos, sin sacrificar a las mujeres en el altar de la corrección política.
En el Perú estemos en alerta con los múltiples ejemplos de seguir esta tendencia. Ya hemos tenido varios intentos de legislar en este sentido.