
Por: José Romero
Hace unos días tuve conocimiento de una muy buena noticia. Un problema de larga data y de vital importancia para la salud de los peruanos estaría muy pronto a acabarse.
Una estéril disputa entre el Ministerio de Salud y la Beneficencia Pública de Lima daría paso a una solución creativa gracias a la gestión de sus directivos, que podrían haber encontrado no solo una alternativa para que el Hospital Víctor Larco Herrera cuente con una moderna infraestructura en un terreno saneado en cuanto a su uso.
El área que ocupa actualmente este hospital es de aproximadamente 16 hectáreas, de las cuales son necesarias solo 3 para atender a cientos de personas que actualmente son pacientes de este hospital. El tema es qué hacer con las 13 hectáreas restantes, habida cuenta que el gran filántropo Víctor Larco Herrera donó este terreno con el exclusivo fin de que sea para atender a la salud mental.
En virtud de ello, se alzan voces que con gran acierto proponen que en esa área se construya una gran espacio dedicado a la salud mental, cuya atención es de enorme prioridad habida cuenta que hay una serie de estados que a simple visto no constituyen “un problema” pero que no solo lo son sino influyen en gran medida en la vida de miles de personas, incluso sin que ellas lo perciban así.
La salud mental abarca hoy en día un amplio espectro que ve casos de ansiedad, depresión, agresividad y otros que incluso ponen en peligro la vida y salud de los pacientes en incluso la de su entorno.
Un caso de ellos, es probable que lo sea, es el jugador Carlos Zambrano quién en los campos de juego muestra una agresividad peligrosa pero que contrasta con lo que sería él en su vida diaria, según quienes lo conocen. El mismo reconoce que hace mal al agredir a sus colegas en el campo de juego pero da entender que es algo que va más allá de su deseo real.
Este caso debería ser sin duda motivo de una atención especializada y entre tanto Zambrano debería no volver a un campo de juego mientras no reciba un tratamiento; o es que acaso tendremos que lamentar una lesión grave de un jugador tras ser agredido arteramente.
Zambrano es un caso de los miles que existen. Sus cualidades profesionales no son negadas como las de tantas personas que tienen que recibir un apoyo especializado, algo que hoy es escaso y caro, incluyendo por cierto las recetas médicas.
Para algunos que crean que la necesidad de un espacio para la salud mental es algo superfluo, les recuerdo que este espectro de la salud abarca temas como las derivadas de adicciones y otras derivadas de la edad como el Alzheimer, por citar uno, algo que requiere un lugar apropiado para tratarse.
Saludo la predisposición de las diversas autoridades para encontrar una solución definitiva y satisfactoria a los problemas que afectan al Hospital Víctor Larco Herrera. No dudamos que los beneficiados no solo serán los miles de pacientes sino todo su entorno que sufren las consecuencias del olvido y la ineficiencia pasadas.