Por: Antonio Moreno Ruiz*
La ciudad de los reyes se funde,
con el puerto y la puerta de las Indias,
Roca Rey, torero, siendo limeño,
eres como un hijo pródigo en Sevilla.
Entre pinceladas mudéjares y clasicistas,
se alza una gran comunión barroca,
que diriges desde el capote hasta la muleta,
buscando en la Maestranza tu buena hora.
Trabajas cada momento, cada pase,
como sorbos de un contundente pisco,
espiga de trigo tu figura, desdoblándose
ante el viento que trae el toro como destino.
Porque tú eres una batalla personificada,
sólo tú y sólo el toro; transmitiendo
así al público tu fortísima vocación,
cuya torería siempre está creciendo.
¡Torero de los pies a la cabeza!
¡Torero por los cuatro costados!
¡Torero del Perú para Sevilla!
El triunfo es tu concepto amado,
y la palabra que te abandera,
con el coraje de la valentía estoica.
¡Roca Rey, torero, sigue así,
encandilándonos hacia la gloria!